GRACEY ahí estaba él, como siempre.
El chico de los golpecitos.
Le veía todos los días sentado en el segundo asiento frente a mí. Siempre con sus auriculares, dejándome con la duda sobre que tipo de música podrá escuchar, su cabeza hacia abajo la mayoría del tiempo escribiendo en un cuaderno y dándole continuamente golpecitos con el lápiz sobre el mismo.
Llevaba varios meses coincidiendo con él en el metro, siempre sentado en el mismo sitio. Nunca he sabido a donde se dirige porque cuando llega mi parada, él continúa su camino sentado en el tren.
Justo como está pasando ahora.
Después de tres paradas por fin llega la mía. Cierro mi libro para salir del tren dejando al chico de los golpecitos en su sitio.
Antes de que se cierren las puertas le doy una última mirada poniéndome nerviosa al notar como él levanta la suya conectando nuestros ojos durante una milésima de segundo, en la que me dedica una breve sonrisa.
Nunca antes nos habíamos mirado al mismo tiempo.
Tenía unos ojos bonitos, una pena que estuvieran vacíos....
Los pasillos de mi facultad siempre han sido mi sitio favorito. Ventajas de estar estudiando artes en una de las mejores universidades de Londres, supongo.
Cada persona tiene su propio estilo, su manera de hablar, de caminar... Y sabes que nunca te juzgarán, incluso si un día te quieres presentar con un disfraz de plátano, nadie te dirá nada malo.
Sin embargo, hoy no puedo despegar la vista del libro que me regalo mi hermana hace unos días, es extraño que me encuentres leyendo algo que no sea una revista o algún libro sobre arte. Emma de Jane Austen me tenía en vela desde el primer capítulo, nunca he sido de los clásicos, no obstante este lo estaba amando.
Al cruzar la última esquina para llegar a mi clase noto como alguien me arrebata el libro de las manos haciendo que levantara mi mirada y darme cuenta de que por poco me choco con una columna.
—¿Estás leyendo un libro clásico?— hablo Connor mientras revisaba el libro.— Yo no creía en los milagros pero mira esto.
Connor lleva siendo mi compañero desde que entre en la universidad, es uno de los mejores de la clase, su especialidad en la música es sorprendente, además de que es un buen compañero de trabajo.
—No eres divertido.—dije mientras le quitaba el libro de las manos para guardarlo.
—¿Dónde está Blair, por cierto?— escuché que preguntaba detrás de mí mientras continuaba mi camino hacia clase.
Blair es mi compañera de habitación en la residencia, siempre me costaba describirla, ya que era muy innovadora y extravagante. El diseño de ropa es su sueño y lo pone mucho en práctica, sobre todo conmigo.
—Dice que tiene fiebre y no quiere poner en peligro a nuestros compañeros.
—Que generoso por su parte.— se burló Connor mientras pasamos dentro de la clase.
Las horas pasan al mismo tiempo que las clases. Cuando estudias algo que te gusta todo sucede tan rápido que me desilusiona el final de cada día.
Después de dibujo técnico, escultura e imagen digital, tocaba una de mis clases favoritas. Pintura era el motivo de que estuviera estudiando allí, desde muy pequeña he amado pintar con cualquier material y en cada momento que podía.
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Minutos Perdidos
RomanceGrace tiene sueños sin cumplir. Hero tiene promesas rotas. No hay tiempo que pueda retroceder sus errores. El tiempo les dirá si su historia fue el destino o solo una simple confusión.