La muerte de Diego.

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Una llamada inesperada aparece en mi teléfono, interrumpe totalmente mi concentración que hace que mi café se agite del susto. es tonto sentir miedo al escuchar sonar mi celular, siempre cuando alguien me llamaba en lugar de mandar un mensaje era para una noticia desagradable. 

Tomo mi teléfono y sin mirar de quien provenía la llamada contesto. -Diga.- tal vez una respuesta muy seca. 

-Hola Diego, te llamo para ver si te gustaría vernos hoy.- la voz de Elías acariciaba mis oídos de nuevo.

-Hmm, pero claro. Me encantaría, sabes que siempre es un gusto poder verte. 

-Para, no es para tanto.- dijo de forma muy fría.

-Venga, pásate por mi casa en una hora, me bañaré y tal vez salgamos a un lado a caminar.

-No. llegaré en quince minutos.

-Pero...- me quedo hablando solo a mi celular, esto no debía asustarme, pero el solo imaginar cual era la razón por la prisa de Elías me provocaba pánico. 

Tomo sin pensarlo corro a la ducha para poder estar listo para cuando llegara él. tomo la ducha más corta de mi vida cuando con jabón en el cabello escucho que alguien toca mi puerta. -Mierda!- digo entre dientes y entro a agua para quitar el jabón. Elías llegó antes de lo que el digo, estiro mi mano para tomar algo para secarme y no encuentro nada. salgo de la ducha dejando marcas de mi pies mojados en todo el piso, vuelve a llamar a la puerta y yo desnudo parada en medio de el pasillo que conduce a mi habitación sin poder en contar algo con que secarme. 

casualmente las toallas se escondían de mi cuando   más las necesitaba, corro hacia el pequeño balcón delantero y hecho un vistazo por la ventanilla que tiene la puerta de salida y ahí están ondeando con el viento que corría de forma de la cual se burlaba de mi por mi desnudez. llaman a mi puerta, sin duda era Elías por la forma en que los golpes a la puerta eran más fuertes esta vez. corro por las escaleras aun mojado. para abrir las puerta y que Elías no se molestara más. 

El piso se mueve de repente y por poco y caigo por las escaleras pero no me detuve seguí corriendo pasé por la sala de entretenimiento y me paro sobre la alfombra seca para que mis pies dejen un poco de humedad en ella y después continuo corriendo hacia la puerta para abrirla, tomo y giro la perilla para abrir la puerta, y solo abro a la mitad y dejo entrar a Elías, sentía como mi cara ardía por el flujo de sangre que corría hacía ella de vergüenza. 

-Valla, ¿para eso quería que viniera para acá?, ¿solo para que te viera desnudo y mojado?- con cara de desprecio. Apenado bajo mi cabeza y camino hacia las escaleras para buscar con que secarme, Elías se acerca ami y me toma de mi brazo, tirando de mi haciendo eso doloroso. -Contesta.- 

-No, solo que has llegado antes, aun estaba en la ducha cuando llamaste a la puerta.- quería ir a refugiarme abajo de mi cama y no salir más de ahí.

-No cabe duda de que sigues siendo un niño, ¿cuando aprenderás?.-

-No lo sé.- digo fríamente.

-¿Qué dijiste?- dice de una forma más dura que aquebranta mi pecho.

- Que quiero que me sueltes.- digo un poco con el tono más alto para tratar de no dejar dudas ante mi respuesta. la fuerza de su agarre disminuye pero no por completo. 

trato de seguir mi camino pero vuelve a tirar de mi y dice.- ¿A donde vas?-

-Voy por algo para terminar de secarme.- Recuerdo que estaban secándose al aire libre y no podía salir desnudo al balcón del segundo piso donde toda mi ropa esta ahi después de sacarla de la lavadora. -¿Podrías ayudarme en algo?, las  toallas están húmedas en el balcón ¿podrías salir por una por mi?

Rompe Corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora