Mis mejillas ardían, ese beso tal vez fue el más hermoso beso que haya tenido, todo fue tan perfecto, no quería ir me de aquí, todo estaba en calma, por una vez en mucho tiempo sentía un poco de paz en mi interior. Sé que al volver ami casa, al subir al auto de Diego todo volverá a ser como era antes de venir aquí. Tengo que ir a mi trabajo, para tratar de comprar otra bicicleta para seguir transportarme.
El sonido de las palma de Diego captan mi atención, estás sucias por haber cavado para hacerle una tumba a su propio gatito. No quisiera sentir lo que el siente en ese momento, con solo ver sus ojos siento como un vacío se forma en mi pecho, el se pone de pié y miro como revisa a los lados del árbol pisando sobre las raíces.
-Te darás un golpe si no bajas de ahí, ¿a donde piensas llegar?- Pregunto. Diego voltea ami con una sonrisa, mientras se va acercando hacia el tallo más grueso, luego lo pierdo de vista como le el gran árbol se lo comiera vivo.-Diego, ¿Dónde estás?. Grito.
Me pongo de pié para ir a buscarlo, piso con cuidado sobre las raíces saltadas que tiene el árbol. Este árbol tiene algo peculiar, está dividido formando una especie de cueva, con dos aberturas, por ambos lados. en el otro extremo está Diego, parado, mirando lejos. Capto un poco su atención.- Ven aquí Alle.- Dice Diego dirigiéndose a mi para ayudarme a subir y estar con él.
Desde ahí la vista era sorprendente, y estar con ahí con él le daba un toque muy especial. No suelto su mano en ningún momento. Estoy a su lado, tiene un olor tan delicioso, aun a pesar de tener toda la noche aquí, lucia muy lindo. Me acerco para abrazarlo, pasando mis manos sobre sus hombros. pegándolo muy cerca de mi, para poder seguir sintiendo su olor más cerca. me siento seguro, me siento cómodo, Para mi todo está bien. Eso quisiera para él también, pero no es así. Un sollozo se le escapa, siento como mi cuello se humedece, trato de separarme un poco para poder secar sus ojos pero el me abraza más fuerte, solo sigo ahí con el, sin moverme.
Diego mueve un poco su cabeza sobre frente a la mía, dejando su frente sobre la mía. Bajo mis mano a su cintura, Cierro mis ojos al igual que él. Puedo sentir su respiración muy cerca a la mi. Se acerca un poco más a mi tocando sus labios a los míos, mueve sus labios lento tratando de abrir los míos, siento como mi piel se pone como gallina, solo sigo moviendo un poco más mis labios, dejando entrar en mi boca, todo fue lento, tal vez fue un beso de tres segundo, pero para mi duro días, tratando de sentir cada momento que estaba entre sus labios.
Me separo de el, miro su rostro, esta húmedo, un poco rosado, de sus mejillas.-Deberíamos de irnos, Tengo trabajo.- Dice Diego. No lo cuestiono, solo lo tomo de la mano, para seguirlo. Bajamos del árbol para regresar a la cuidad, Diego toma su guitarra y luego camina inclinándose para meter el termo de café y las colillas de cigarro dejamos tiradas. Toma la sábana haciendo una pelota con ella para arrojarme la en la cabeza cuando esté descuidado. el solo sonríe, y yo pongo mi rostro un poco serio y me doy vuelta para que no me vea, camino hacia el auto, escucho pasos detrás de mi, es él. Me toma de mi cintura girándome hacía él dejando me un pequeño beso en mis labios.
-Creo que me haré el enojado un poco más seguido para tener que recibir unos de estos castigos.- Diego sonríe-
-Tonto, eres un tonto.- Dice Diego. Vuelvo a poner mi rostro sin emoción alguna, pero no resisto sonreír le al ver como se acerca a mi.
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Rompe Corazones.
Подростковая литератураUn corazón altruista, una mente para manejar a su gusto, las mejores dos herramientas para que un chico como Elías pueda divertirse un poco. Esta no es una historia de amor. Es el resultado de lo que pasa cuando una persona busca a otras con el únic...