Capítulo 1

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Tabatha Moreau

Desde que llegué a Estados Unidos mi vida dió un giro inesperado, cosas buenas y malas las atribuyo.

Me encontraba planificando algunos papeles que contenían las nóminas de mis empleados y también el trabajo que ejercían.

Un carraspeo me hizo alzar la cabeza encontrándome con la mirada de Bettina, mi mejor amiga, quién lucía un vestido de mi casa de modas.

Traía consigo una bolsa de manos a juego con el vestido que era de color plateado. Su cabello era castaño y sus ojos eran de color esmeralda.

—¿Cómo estás? ¡Tiempo sin saber de ti! ¿Cómo te trata la vida? ¿Qué has hecho?—son sus palabras efusivas, por lo visto ha tenido una buena mañana.

Suspiré y sonreí cansada.

—Hola, Bet. Bien, hablamos casi todo el tiempo. ¿Algo más que preguntar? —fue mi escueta respuesta.

—Ella me escribió... — bajé la mirada jugando con mis dedos— Respira un poco —subió y bajó sus manos tratando de que me calmase— No debí nombrarla. Lo siento... —tomó asiento al frente, mientras yo intentaba respirar bien.

A la que Bet mencionó como ella, era un monstruo de mi pasado. Uno al cual quería estrangular.

Mi amiga tomó de mis manos en señal de comprensión, gesto que en momentos así me tranquilizaba.

—Gracias por esto —murmuré inhalando y exhalando a la vez que apretaba mi agarre en su pobre muñeca.

Después de cinco minutos logré calmarme, ella sólo se dedicó a sonreírme tiernamente. Luego rodó la silla y se levantó dirigiéndose a mí. Me dió un tenue beso en la mejilla, susurrando:

—Nos vemos luego, te quiero. —me miraba dulcemente.

Estaba triste, porque sabíamos que en momentos así nos necesitabamos, pero por razones personales y por el juego del destino teníamos que estar un poco alejadas. Tomó su bolsa y salió por aquella puerta por la que quería salir, estaba muy agotada.

Me levanté de mi puesto y me dirigí hacia el gran ventanal de cristal que daba a relucir a la ciudad de Austin ajetreada y el sonido de los coches resaltaba la gran contaminación sónica que no pasaba desapercibida.

Me volví a encaminar a mi escritorio y por ende a mi puesto, de repente llamaron a la puerta. Tomé asiento, cerré mi laptop y guardé algunas carpetas en uno de los cajones de mi enorme escritorio.

—¡Adelante!—dije a quien fuese que estuviese tocando. Dirigí mi vista al frente juntando mis manos. Entró una sonriente Brigitte, mi secretaria, con un sobre en manos, acercándose a mí.

—Señorita Moreau, llegó esto a recepción —permaneció de pie, extendió su mano y me entregó el papel.

Pude visibilizar que solo permanecía escrita una “I”. Creí que se refería a su inicial.

—Gracias, Brigitte, puedes retirarte — señalé la puerta aún con el sobre en manos.

—Me retiro, señorita. —bajó la cabeza.

—Ah, Brigitte —le llamé, ella enseguida volteó a mirarme—Investiga quién envió esto a recepción —enseñé el sobre dorado y ella hizo un leve asentimiento para luego salir. Observé muy bien el papel y leí atentamente:

Usted tiene el honor de acudir a la gran fiesta de nuestra Gran Inauguración
Hora: 8:30 pm.
Una limusina Hummer irá por usted.
I

Coraza y Pasión (+18) || #1 S.F Donde viven las historias. Descúbrelo ahora