1: Crescent moon, coast is clear.

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Me perdí en tus ojos cuando debía estar acariciando las pestañas de alguien más.
Me sumergí en tus colores cuando se suponia que mí arcoiris estaba completo.
Me enredé en tus raíces cuando se suponía que debía estar sembrando semillas en otras tierras.
Y es la maldita pelea de mí vida.
y tú la empezaste.

°°°

Invierno.

La vista por su ventana le recuerda a él.
Y no debería, porque afuera es frío, solitario y calmo. Todo lo opuesto a él.
Pero es la cosa con extrañar tanto a alguien, que hasta lo opuesto, lo que no tiene sentido y lo insignificante, te hace sumergirte en recuerdos que ya ni siquiera te deberían pertenecer. Pero lo hacen.
De esos que deberían irse con el viento, pero, al contrario, están impregnados en tu piel.
Recuerdos que deberías enviar a la papelera pero sin embargo todo lo que haces es repetirlos, tratando de hallar el momento en el que te equivocaste.
Pero es tarde, jodidamente tarde.

Suspira al notar que, otra vez, se ha quedado mirando a un punto fijo de la nieve recordando, efectivamente, momentos que no están ahí, ni lo estarán más.

Sus ojos verdes siguen la caída los copos de nieve que no puede evitar comparar con lágrimas de una noche tan distinta a esta, pero, a la vez, increíblemente similar.

Porque desde esa noche absolutamente todo se siente igual: vacío y frío.

Los dramaturgos de la época usaban los paisajes o escenarios en sus obras para describir su estado de ánimo, será por eso que Harry decidió mudarse a un lugar como este después de aquel día.
Sonríe al pensamiento pícaro de comparar su vida con un poema.
Sin dudas sería uno aburrido con prosas teñidas de tristeza pesada y versos repetidos como sus recuerdos. Su mente sigue dando vueltas en esos días, no duda un segundo que el poema de su vida no estaría igual.

Y puede sonar triste que, el poema que describa tu vida, solo se centre en un persona que justamente no seas vos mismo, pero, para Harry, no lo es. Es más, el desearía poder plasmar en dicho escrito más recuerdos con él, pero solo tiene unos miseros dos meses que cambiaron su vida por completo y que lo tienen aquí, quejándose de si mismo por no poder salir de ellos.
Pero el sigue ahí, justo donde todo empeoró.

°°°

Verano.

El aire cálido golpeó el rostro de Harry y automáticamente nació una sonrisa en sus labios.
Bajo de su auto mirando hacia el paisaje que tenían en frente de sus ojos; calles llenas de gente y al final de estás, se podía ver el mar y como se difuminaba con el cielo de Verona.

El motivo de su viaje no era más que por propósitos de entretenimiento y relajación después de un año intenso.

Año donde consiguió el trabajo de sus sueños en una disquera que lo contrató para ser su compositor permanente.
El había vendido sus canciones anteriormente a diferentes artistas aquí y allá pero luego tuvo la suerte de caer en buenas manos y finalmente descubrieron su gran talento y firmó contrato con una de las disqueras más importantes del reino unido.

Y, año, donde se comprometió con su novio de hace tres veranos.
A Noah lo conoció en su trabajo, siendo representante músical de los artistas con las que había trabajado, se miraron y las chispas volaron al instante, ese día Harry fue lo suficientemente valiente para invitarlo a salir y el resto es historia. Conviven hace un año y Noah se arrodilló ante él hace doce meses en el restaurante donde ocurrió su primera cita.

Suena extraño que Harry haya decidido viajar sin su futuro esposo, recibió bastantes miradas preocupadas de su madre por eso, pero ellos eran increíblemente permisivos y abiertos en su relación, Noah entendió perfectamente que Harry necesitaba su espacio.

Verona - l.s Donde viven las historias. Descúbrelo ahora