Verona - l.s

4: Now you hang from my lips.

Invierno.

Los dedos de su mano pasan violentamente sobre las hebras de su cabello.

"Esto ya no es suficiente para mí."

Se escucha decir.
Ve, a la persona que alguna vez amó escuchar

"No puedo contar las noches que traté encajar en tu forma de amar, hasta ahora me doy cuenta que nunca pude."

Lágrimas; frías, pesadas, jura poder escucharlas.
Su bebé niega la cabeza, secándose las mejillas, ahí, solo recibiendo los golpes.

"Te amé, juro que lo hice, pero lo hice mal y es mí culpa."

Ahora que empezó, no puede para de darle palabras a sus sentimientos. Casi que se siente bien, casi.

Su bebé escucha, con ojos cansados, la mirada es solo fuego para la piel expuesta de Harry.
Llanto, fuerte. Su bebé abrazándose a si mismo. Debería dejar de llamarlo su bebé.

"Me enamoré de alguien más."

Dolor inexplicable nace en su pecho, intenta sacudírselo. No puede. No podrá.

Ve a Noah levantarse de su lugar y darle la última oportunidad de verlo a los ojos, llenos de lágrimas, entumecidos y rojos. Y lo deja ahí. Sin decir palabra alguna.

Y todas las bombas que acaba de largar se vuelven a él demoliendo todo a su alrededor, ruido sordo, visión borrosa, aire sólido.

Torrente de agua simplemente fluyendo por su rostro.

Ruido sordo.

Visión borrosa.

Aire sólido.

Se levanta agitado, con una mano en el pecho, su cabello está en todas las direcciones y sus ojos están llenos de lágrimas.

Vuelve a recostar su cuerpo con aún su corazón yendo a kilómetros por hora. Como si quisiera escapar.

Se tranquilizaría a si mismo con las palabras: "solo fue un sueño" pero no puede, porque no es solo eso.

Es un recuerdo.

Un recuerdo vivo y matándolo.

Es la última imagen que tiene, del que creía el amor de su vida, con el corazón hecho trizas y por su culpa.

Trata de calmarse. No puede darse el lujo de pasar por otro de sus ataques a las primeras horas de la mañana.
Despeja su mente y hace que su cuerpo se relaje lo suficiente para dejar de temblar.

Buena forma de empezar el día.

°°°

Verano.

Sol alumbrando, arena adornando su piel, olas cantándole canciones de cuna. Será por eso que Louis siempre se duerme en sus días de playa, cuando se recuestan a recibir lo que el sol tiene para ofrecerles.

Así están ahora, Harry con los ojos cerrados pero consciente de todo, oyendo y sintiendo cada detalle de su alrededor y Louis a su lado, acostado boca abajo, dormido hace ya veinte minutos pero Harry no ha tenido el corazón para despertarlo.

Por eso, a cambio, se queda observando su rostro relajado, debe verse aterrador, pero no cree que nadie pueda culparlo.

Guía su mirada a la espalda del ojiazul, siendo usada como lienzo por el sol, llena de constelaciones de color marrón, que Harry muere por acariciar, y como se mueve a la par de sus pulmones cuando inhala y exhala oxígeno.