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Lo primero que vio Peter al abrir sus ojos fue un techo color café, poco a poco sus sentidos comienzan a volver percatandose de varias cosas. Estaba en un lugar, más específicamente en un sillón recostado con una manta cubriéndolo, la chimenea de aquel lugar estaba prendida dándole mayor calor en contra del crudo frío de invierno. Se incorpora con dolor y nota como no traía puesto su traje, si no que estaba en un par de pantalones holgados, eran los de su pijama de "Hello Kittie" y una sudadera de la Universidad de Columbia. Su abdomen estaba vendado y sus heridas estaban desinfectadas…. Espera la sudadera…. ¡LA SUDADERA!

El adolescente se levantó de golpe del sillón tras que se diera cuenta que la sudadera era en efecto, la sudadera con la que había visto a Strange cuando pidió su ayuda…. "Oh no no no…. "
Notó como la manta color escarlata que lo cubría se levantaba del suelo, flotando recuperando su forma original mostrando la capa de Levitación la cuál salió volando de la habitación dejando al adolescente solo.

"Por favor… No no… No puedo estar aquí… No arruiné nada.. " habló  el castaño caminando en círculos. Estaba en el Santuario de Nueva York, algo había salido mal.

" Veo que ya estás despierto… "

Peter volteó con una velocidad digna de Quicksilver y vio a Stephen con una charola plateada con dos tazas humeantes y un par de sándwiches, su ropa de hechicero había sido reemplazada por una sudadera igual de la universidad como la que él traía puesta y un pantalón de mezclilla y unos tenis de tela. Las manos del ex neurocirujano aún temblaban y este último le sonreía.

"¿Stephen?"

"Hola chico"

Strange notó la voz del adolescente temblaba y sus ojos se llenaban de lágrimas, sabía que esperaba despertar en un mundo donde nadie lo recordara

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Strange notó la voz del adolescente temblaba y sus ojos se llenaban de lágrimas, sabía que esperaba despertar en un mundo donde nadie lo recordara. Un mundo donde estuviera sólo.
La capa de Levitación tomó la charola al mismo tiempo en que Peter caía de rodillas llorando y su dueño lo abrazaba.

"Tranquilo Peter… Todo está bien" dijo el hechicero mientras abrazaba a aquel joven quien solo soltaba sollozos mientras sus manos temblorosas le sobaban el cabello. Peter no dejaba sujetarse de él como si fuera a desaparecer. El hechicero podía sentir algunas lágrimas formarse en sus ojos, al recordar que esto fue lo que él anhelo cuando falleció Donna enfrente de él… alguien en quien llorar y apoyarse.

Habrán estado hincados en el suelo por 10 minutos cuando Peter vio a Stephen a los ojos, los ojos castaños rojizos e hinchados se toparon con unos ojos azul dorados los cuales estaban derramando lágrimas silenciosas.

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Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora