Memoria

CAPITULO-1

San Mungo, Marzo, 2020

Al día siguiente acudieron a un medico en el hospital de enfermedades mágicas San Mungo, en Gran Bretaña. 

-Después de las preguntas que le hice- comento mientras se sentaba Zacharias Smith -debo decirle que tiene Alzheimer señor Black- 

-No le mencione nada a Draco, le suplico- susurro el azabache 

-Será secreto señor, pero debe comenzar con tratamientos para la enfermedad- acentuaba el medico 

El único que parecía estar ajeno a la situación era Remus, su Remus para Sirius, el amor de su vida; el único hombre que lo amaba en verdad. Sus sentimientos eran de extrema tristeza; ¿Qué haría si el amor de su vida perdíera todo? 

-El origen fue el golpe- susurro Remus en la silla a lado de su esposo, de su amor, del hombre al que más amaba en toda la tierra 

-Amor, salvaste mi vida- Sirius acuno las mejillas de Lupin, miraron sus ojos, grises y avellana conectados en sentimientos más que profundos 

-Arruine tu vida, Sirius- no dejo que hablará más, sus labios eran suaves, eran cálidos. Aunque la edad de ambos era un poco avanzada en el mundo muggle, en el mágico comenzaban su edad madura. 

-Doctor, denos el tratamiento- pidió el pelinegro. 

Ambos salieron de la habitación abrazados dirigiéndose a la Red Flú para llegar a su casa. La casa donde habían compartido tanto. . . 

-Debemos decirles, Cariño esto no se puede ocultar- con lagrimas en sus ojos, Remus decía a su marido cuando este llego a su casa 

-Amor, ya habrá momento- 

-El momento es ahora, yo les diré ¿te parece?- pregunto, estaba preocupado, asustado y muy sorprendido por la noticia.

-Se que no vas a parar de insistir hasta que te diga que si, pero solo deja que le diga yo a Reg ¿te parece?- estaba preocupado por la reacción de todos, pero más de su hermano ¿Qué diría la persona que conocía de toda su vida? 

-Si amor, vamos a comer e iré con Harry- contesto el ojiavellana para ir a la cocina donde alguna vez estaba el elfo de la familia, pero con el tiempo decidieron jubilar para que viviera más tranquilo (en la casa de Régulus, claramente) 

Paso la tarde, entre risas, parecía que ambos habían olvidado el tema del que se estaba discutiendo aquella tarde. Pero fue hasta que Remus por debajo de la mesa hechizo a Sirius para que este se durmiera y con calma fuera en búsqueda de las personas más importantes en sus vidas... Harry y su precioso hijo Teddy. 

-Residencia Malfoy- grito en la chimenea, apareciendo en la casa de Draco y Harry, a unos metros de la mansión Malfoy. Algo más escueto, más ambiguo ante las personalidades que llegaban a pisar ese suelo. 

-Remus, no esperábamos tu visita- comento Draco cuando lo vio pasar por el umbral de la chimenea 

-dile a Teddy que estoy aquí, necesito hablar con el y Harry- sus ojos estaban apagados, rojos de tanto llanto y su rostro parecía haber envejecido un año en horas de ese día 

-Harry esta en el despacho, ¿Pasa algo Rems?- su intriga comenzó a incrementar como pasaban los segundos 

-Eres buen muchacho Draco, llama a Teddy- con unas palmadas en el hombro de este, fue camino lento al despacho de su ahijado. 

Las escaleras daban al despacho, por lo que terminando de subirlas, lento y seguro (ya que su vista fallaba algunas veces) llego Teddy y Draco. 

-Papá ¿Dónde esta mi padre?- pregunto un apurado Edward 

-Pasen- sin antes haber tocado estaba Harry sosteniendo varios pergaminos, con sus lentes a media vista y su clásica taza de café humeante que daba ese olor especifico a los libros que se poseían en ese lugar. 

-Remus, Teddy y Draco ¿Dónde esta Sirius?- ese momento fue el que destrozo al castaño, quien solo dio un gemido desgarrador en la recamará, sus lagrimas estaban exigiendo salir, sus gritos también. Como pudo, Draco lo tomo entre sus brazos y lo sentó en la silla más cercana. 

-Papá ¿Qué le pasa a Padre?- 

¿Qué le pasa a mi padrino Remus?- 

-Harry, aún recuerdo cuando eras un pequeño bebé, medias cuarenta centímetros, Sirius te cargaba tan feliz que ni tu papá fue el primero en tomarte entre sus brazos- aquellos ojos soñadores estaban completamente somnolientos -Tu, hijo, eras tan pequeño, tan hermoso que Sirius, mi amor, comenzó a desbordar lagrimas porque te encontró, los encontró- 

Se escuchaban solo las respiraciones de los cuatro hombres en aquella habitación, en aquel lugar que en ese momento parecía ser un clima de emociones deprimentes. 

-tu padre, tu padrino... mi único y verdadero amor... - lo que más le dolía era ver perder tanto, ver como se extinguía tanto amor en un instante -Tiene Alzheimer- si pensó decirlo en ese momento, no sabía, solo debía sacarlo 

-Es mentira papá, mi papá...- el pequeño Black comenzaba a llorar infinitamente, su padre, el hombre que mas admiraba en la tierra por la valentía y osadía tenia una enfermedad incurable -¿Qué dijeron los médicos?-

-Tiene una época temprana, no es reversible, pero... es incurable- de repente se escucho un golpe, Harry se había desmayado, del impacto. Pero solo estaba en su rostro el dolor de la noticia... 

Después de la recuperación del moreno, de las palabras de apoyo y del cariño que se veía en esa familia, el castaño decidió volver a su casa, donde Sirius estuviera era su casa... 

Cuando terminaron la cena -y que Lupin le dijo a Black que fue con los demás a decirles de su estado- fueron a acostarse. 

Como era costumbre, Sirius abrazo a remus por la espalda, quedando en posición fetal ambos, pero unidos... 

-Sabes Rems, ¿Sabes qué jamás olvidare?- dijo de la nada en el silencio de la recamará 

-No se Sirius- beso la palma de su amor, con infinito cariño, con la más grande de las complicidades y confianza eterna 

-Que te amo, que amo a nuestro hijo, y que amo a nuestro ahijado... - una pausa para tomar aliento y se contuvieran las lagrimas -Si algún día olvido que te amo, recuérdamelo porque no podría vivir sin amarte- 

-Te amo el doble, mi estrella- se dejo abrazar por el mayor -Jamás dejaré que me olvides-

-¿Jamás? lobito- 

-Jamás- con esa última afirmación ambos quedaron en los brazos de Morfeo, esperando la paz en el futuro... 

NOTA DEL AUTOR: 

-Realmente llore escribiendo esto, pero 

¿Qué opinan del primer capitulo? 

¿Habrá alguna cura mágica para las enfermedades? 

PD1. Vayan preparando sus pañuelos...