CAPITULO UNO

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Baje la manija que llevaba a la habitación debajo de la casa, mientras intentaba mantener firme la bandeja que estaba en mis manos. El vaso de leche se tambaleaba, y hubiera estado en el suelo de no ser porque volví a agarrarla con ambas manos, mientras empujaba la puerta metálica y oxidada con el pie para que se abriera.

Suspire y entre lentamente.

Pude ver la tenue luz de una antorcha, y sentí el sonido de las cadenas apenas entre.

Madre estaba forcejeando otra vez.

- Mamá, sabes que si intentas forcejear te lastimaras... - dije, dejando la bandeja en la mesita que había delante de la cama,  mirando su ropa maltratada. No por que nuestro padre, hermano o yo lo hayamos hecho, sino porque ella quiso hacerlo.

- Ya dame esa comida, maldita niña. - trague saliva y se la entregue, mirando su rostro cortado.

Narcissa no siempre fue así.

Hace dos años, era una madre amable y cariñosa, tenia una muy buena relación con ella al igual que con mi padre, pero con ella era muy distinto.

Ella me quería a mi, a su verdadera hija.

Lucius... quería a su marioneta.

Mamá solía discutir con Lucius por como nos exigía a mi y a Draco ser, y cuando Draco no hacia bien algo y Lucius le pegaba, lo defendía a morir. Siempre fue buena madre.

Bueno... lo fue hasta ese día. El día en que nuestra madre comenzó a cambiar.

Lo recuerdo como si fuera ayer.

Baje las escaleras seria y con el mentón alto, mi vestido largo bien planchado, mi pelo bien peinado y con una actitud tajante y superior. Tal cual me enseño mi padre.

Al sentarme en la mesa, espere a que todos llegaran para desayunar mientras Dobby, el elfo domestico, aprontaba todo. Me pareció raro no ver a mamá allí, ya que siempre llegaba antes que todos a ayudar a Dobby. Pero ese día no fue así.

Ella fue la primera en llegar después de mi. Se quedo callada y la mire extrañada.

¿No hay un buenos días hoy? Pense.

Estaba a punto de hablar, cuando hizo lo que nunca me imagine que Narccisa Black haría.

Les explico con sus propias palabras:

- Maldito elfo, ¿siempre vas a demorar tanto? Deja que sigo yo. Ve y trae la cafetera. - ella empujo a Dobby y siguió con lo que el estaba haciendo – y cuidado de no derramar ni una gota, o la limpiaras con su asquerosa lengua.- Dobby la miro, con los grandes ojos llenos de lagrimas. Estaba segura que no por que lo trataran mal, sino por la persona que lo había tratado así.

Levante las cejas ante esa forma de ser de mi madre. No parecía ella. Y es que no me imaginaba lo que sucedería tiempo después. Porque ese no fue el final, no, esa actitud solo aumento.

Se llegaron a escuchar mas gritos de ella que de Lucius en casa.

Gritaba y pegaba a Dobby constantemente, a Draco no lo dejaba en paz, a mi padre solo lo trataba como a una basura y a mi me detestaba por no tener en que criticarme.

Yo era impecable en todo lo que hacia. Y eso ella lo odiaba.

Lo admito, con el tiempo, los tres comenzamos a tenerle una especie de asco a Narcissa. Draco dejo de tener respeto hacia ella, y con tan solo nueve años ya le gritaba y tiraba cosas en sus discusiones. Con Lucius llegaron a tener una batalla en la cual ella termino pelada y el en un encantamiento crucio.

SEROTONINA | HERMIONE GRANGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora