9 - '¿cuál será el precio a pagar?

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Capítulo 9
'¿Cuál será el precio a pagar'

Allen.

Los caminos de los bosques de Teufel siempre fueron peligrosos. Más si se transitaban de noche.

Habían hecho una estrategia para llegar a Feen. Ya que habían escuchado rumores entre las fronteras que habían visto a Morank por su bosques. Y Allen iría a buscar a una gran amiga suya. La cual sabría con exactitud la ubicación de su hermano.

No podrían pasar por Himel ya que por los acuerdos y la enemistad de sus gobernantes (Frieden y khorne) no podrían pasar por ahí sin causar una gran pelea. Y lo que más quería evitar Allen era llamar la atención.

Planeaban transitar por los bosques de Lesen para llegar a Feen, así podrían navegar por uno de los pasajes que habían entre los dos reinos.

Ya se encontraban más lejos de la laguna de almas. Y estaban cerca del verdadero peligro. Cuando un fuerte grito por parte de uno de los soldados hizo que el bosque temblará.

Allen giro rápidamente, buscando entre la oscuridad el causante de su grito.

— ¿Qué te pasó?—pregunto uno de sus compañeros.

—Algo me rasgó la piel—el señaló su pierna sangrando y con cuatro grandes hoyos sin piel.

—Todos alertas—Demandó Allen.

— ¿Qué es eso?

Se escucharon rugidos y pequeñas risas entre los árboles.

—Lo que sea que quieran—Allen sabía que eran—Tendrán que morir intentando llevárselos.

Las risas aumentaron. Y los ojos de Allen se tornaron rojos.

Unas pequeñas criaturas con forma de mariposa y garras de gato salieron de los árboles y se reunieron alrededor de Allen.

—Me parecen personas juguetonas—Allen hablo con una voz que realmente no parecía la de ella— pero en lo personal, detesto los juegos.

Las cabezas de cada una de las pequeñas criaturas explotó, y las risas por fin dejar de sonar en el bosque.

Los soldados no entendían lo que pasaba y Allen se veía agotada cuando sus ojos volvieron a su color natural.

Uno de los soldados sugirió que hicieran el campamento a ahí, ya que Allen se venía agotada. Pero no aceptó.

—No son la única cosa que busca comida en estos bosques, acampar aquí sería como cavar tu propia tumba.

— ¿Entonces que sugieres que hagamos?— uno de los cuatro comandantes habló—hemos caminado por más de ocho horas, y esperas que tengamos fuerzas para seguir caminando en la oscuridad.

Allen alzó la mirada y el comandante dió un paso hacia atrás.

—Te sugiero, que bajes tu tono. No estoy obligadando a nadie a seguirme, estoy dandoles un avisó. Desde que tengo memoria he estado en estos bosques y está zona en especial es la peor para acampar.

—Mis disculpas—Respondió el comandante Estamos sofocados y no entendemos mucho de estos bosques, solo queremos comer algo y descansar.

—Bien.

Allen explico dónde podrían acampar para evitar las criaturas, uno de los soldados sugirió hacer un hechizo para proteger el campamento. Y ella asedió.

Llegaron a lo que Allen llama el bosque de Luka. Dónde aseguraba que había solo unas pocas creaturas que eran casi inofensivas a no ser que las molestes o las ofendas. Y entre ellas incluía a los árboles.

Había un pequeño río cerca a el lugar donde acampaban. Pero solo Allen lo sabía.

Allen decidió dormir solo con una pequeña sábana porqué sabía que no dormiría bien. Pidió a uno de los soldados si podría prepara té de caoba, pero el no sabía cómo prepararlo ya que era prohibido en la zonas de Teufel.

Allen se sentía agotada y ya eran alrededor de las cinco y treinta de la mañana y Allen no era capaz de pegar el ojo por su gran dolor de cabeza y entonces recordó.

—Como algo tan hermoso podría ser tan peligroso.

— ¿De qué hablas?—pregunto Allen con curiosidad.

—Se dice que con una gota de el agua de este río resuelve cualquier mal. Pero que siempre hay un costó.

— ¿Cuál es el costo?

—Nunca se sabe, se dice que cambia según la persona o criatura que tome el riesgo de tomar de su agua.

— ¿Mis dolores se pueden ir si tomo una gota?

—Probablemente princesa-—respondió la madre de Allen tomándola y cargándola—pero es preferible jamás averiguarlo, no queremos que algo malo te pase o pueda pasarle a alguien cercano a tí.

Allen se levantó de dónde se encontraba dejando la sábana a un lado. Caminando como si estuviera fuera de si hacía el río, solo quería dejar de sentir esa fuerte punzada.

Le pareció escuchar a su madre reír. Y rápidamente giró, pero no había nadie. Ya estaba Serca del río. Se sentía el frío de éste, la frescura que transmitía. Llegó a el mismo árbol donde alguna vez su madre había estado recostada. Ahora estaba más alto, más desgastado, más cansado.

Se recostó por un segundo sintiendo la esencia que su madre había dejado ahí.

Se puso de rodillas delante del cristalino río. Estaba apunto de sumergir su dedo meñique cuando sintió que alguien la empujó fuertemente haciendo que cayera a el río.

Sentía que se ahogaba. Trato de nadar hacia la superficie, pero sentía que algo la tomaba de su pierna. Su vestido de cuero de dragón se pegaba casa vez más a su cuerpo. Miro hacia donde sentía el tirón y vió un brazo negro con destellos azules tirando de ella.

Ya no veía la luz de la luna traspasar la superficie. Ahora estaba undiendose, pero su dolor había desaparecido, se sentía tranquila. En paz podría decirse. Pero algo detuvo esa paz.

—es preferible jamás averiguarlo, no queremos que algo malo te pase o pueda pasarle a alguien sercano a tí.

Rápidamente tarto de subir pero el brazo seguía firme en su pierna.

Hasta que un fuerte brazo la tomo por el cuello y la saco.

No lograba ver nada y se había desmayado.

¿Había entrado a el río? ¿Había Sido un sueño? ¿Cuál sería su precio?

El río cada vez se hacía más ondo ante los ojos de Allen.

Un ángel maldito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora