Capítulo 1- Preparativos para la Fiesta Olímpica

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Los dioses del Olimpo son una verdadera maravilla cuando nos necesitan. Mentira, mentira. No se vayan a enojar conmigo.
¡Nos invitaron a todos los semidioses del Campamento Mestizo a una fiesta!
¿Qué se puede decir de estas fiestas? Que son las mejores en el mundo. Definitivamente.
Todos están de acuerdo en que, si te invitan al Olimpo, eres privilegiado pero, si te invitan al Olimpo a una fiesta...
a) los dioses te aman
b) los dioses te odian y te quieren tener cerca para estudiarte mejor
c) los dioses no deciden qué hacer con tu persona
o...
d) la más común, los dioses te quieren agasajar para luego pedirte ayuda para luchar contra monstruos que son una amenazan directa hacia ellos.
En fin, la vida de una hija de Tánatos (dios de la muerte no violenta, por si se preguntan) o sea la mía, es normal.
A ver, normal dependiendo de que considero normal en mi vida. Tengo pocos amigos, algunos en el campamento me odian, ya se darán cuenta por dónde va la cosa. Pero, lo sorprendente es que, a pesar de tener pocos amigos, le caigo bien a un montón de cabañas.
A la de Ares, le parezco una gran luchadora, Clarisse es una buena amiga, aunque un poco intimidante. En su cabaña soy bienvenida tras haberla salvado de un monstruo que casi la aplasta y la descuartiza. No estoy de broma, el feo pie se grabó en su memoria para siempre. Se enojo por varios días diciendo cosas como "yo pude haberlo acabado sola. No necesitaba tu ayuda, niñata fantasma". Luego entró en razón y nos hicimos amigas. Ahora luchamos juntas cada vez que podemos para evitar nuestra muerte.
A la de Afrodita le parezco una chica bonita y con estilo, además de inteligente y saber combinar la ropa. Silena me ayuda siempre a "no parecer un cadáver viviente", le tengo aprecio, y debo decir que me veo mucho más saludable y menos pálida con sus trucos. Y los demás de su cabaña son muy amables conmigo, ejem, salvo Drew, que insoportable que es. 

Silena es muy astuta a pesar de la continua mala expresión de ser hija de la diosa de la belleza y el amor: ser una tonta, romántica e ingenua.
A la de Atenea le costó un poco más quererme, pero en un captura la bandera hice un plan tan bueno que ganamos en poco tiempo inmovilizando a los enemigos con trampas que ellos habían fabricado. Un campista del equipo contrario quiso atraparme por detrás y casi lo logra si no fuera porque Malcom estaba detrás de él, je je, segundos después estaba tirado en el suelo. Me gané un regaño y un guardaespaldas malote.

₪₪₪

— ¡Ni se te ocurra tocarle el pelo! Casi me costó más que maquillarla la primera vez. — dice Silena a una chica que ni siquiera me miraba. Estaba volviendo loca a la pobre Silena.
—Cissy, tranquilízate.
—¡No puedo! —Grita exasperada. —Falta que te haga un peinado, que te maquille, que te busque un vestido y zapatos que combinen...— oh, oh, está caminando en círculos.
—Cissy. —No me escucha.
—No hay tiempo que perder. —Repite.
—Cissy.
Está haciendo puchero, mierda.
— ¡Silena Beauregard!
Al segundo que lo digo, ella rompe a llorar. Algunas cabezas se giran en su dirección, la abrazo rápidamente antes de que todos la vean y nos transporto al bosque.

Ese era nuestro lugar seguro, Quirón me había dado permiso para construir una pequeña cabaña allí, ya que no había ninguna para hijos de Tánatos. No muchos sabían de la existencia de esa cabaña, los hijos de Hefesto que la construyeron prometieron no decir la ubicación. Entramos por la oscura puerta y enciendo la lámpara de techo, esta destella una luz cálida no muy fuerte. Ella se sienta y yo me siento a su lado.

—No... hay... tiempo, Grace. No puedo. — Me confiesa entre sollozos.
—Sil, tranquila, ¿sí? Haremos todo juntas. — silencio. —¿Me escuchas? — ella asiente.
—¿Hay que peinarme? No. Yo pienso ir con mi melena al viento. Y al que no le gusta, que se joda. A mí me encanta. —Meneo mi pelo oscuro.
Ella ríe.
—¿Maquillarme? Yo lo hago. Se lo básico, gracias a una personita hermosa que...
—Ya, ya. —me interrumpe con una sonrisa pequeña. — Yo lo haré.
—Está bien, trato hecho. Pero, yo escogeré nuestro outfit. Ah-ah. No lo vas a hacer tu. — hace ojitos tiernos. —Eso te sirve con Clarisse, no conmigo.

Toma algunas cosas del cajón de una pequeña mesa para comenzar a arreglar mi rostro. Me coloca la base en el rostro y...
—¿Hablando de mí? Ya sé que me aman. —La señorita guerrera hace su aparición en la cabaña con su alto nivel de egocentrismo.
Eso cambia en cuanto ve a Silena con ojos llorosos.
—Ey, Cissy, ¿Qué ocurre?
—Nada, ya pasó. —La hija de Ares la mira con firmeza, Silena nunca se resiste a esa mirada. —Colapsé. Pero ya está.
—Ven aquí. —dice Clarisse y la estruja entre sus fuertes brazos. —Tranquila, ¿sí? No tienes por qué hacer todo tu sola.
A pesar de toda esa firmeza y malhumor que muestra siempre, ella es una blandita. Ser tan dura con todos fue una medida que tomo para intentar impresionar a su padre, el dios de la guerra, y aunque no funcionó, le quedó el gesto.
—Cambiemos de tema. A armar nuestros vestuarios combinados. ¿Rojo, violeta y negro?
Ellas asienten y yo comienzo a rebuscar en el armario.
—Este no. — saco un buzo y lo revoleo por los aires. Este es recogido prontamente por Clarisse, cuando le cae en la cabeza. —Ups.
Uno, dos y tres abrigos más van a parar a la cama. En ese momento Silena sale de un trance pos-lloración y se acerca a mí.
—No, no, no. Estas buscando mal, Grace. Hay un lugar especial de vestidos. Estas metida en la parte de invierno así que solo vas a encontrar abrigos.
Ya decía yo que algo andaba mal.
Después un tiempo investigando las prendas, enfrascada en una conversación con mis amigas, armo una pila con vestidos, zapatos y accesorios.

—Lo que pasó en la cabaña de Hermes fue una pasada. Que Quirón haya dejado pintar las paredes exteriores a los Stoll me sigue sorprendiendo. Y más en la forma que la pintaron. Pensé que nos atacaban y salí en pijama a ver qué pasaba y estaban jugando a una guerra de pintura.
—Y Quirón sentado en su silla de ruedas esperando a que todo pasara. El pobre estaba aburrido de jugar al Pinacle con el Señor D. y aceptó lo que se le pasó por delante para divertirse. Yo también hubiese aceptado si fuese el. —confiesa Silena y reímos.
—Ser nueva con respecto a la mayoría es aburrido. Todos se la pasan en grande mientras me aburro como un hongo. —las chicas sonríen ante mi ocurrencia.
—Estar en la cabaña de Deméter te afectó, chica.
—Aquí. Este para ti —saco de la pila un vestido violeta para la hija de Afrodita. —, este para ti—extiendo el vestido rojo a Clarisse. —, y este para mí.

El vestido de Clarisse es rojo fuego, en la espalda cruzan varias tiras haciendo un bonito entrelazado. Al ponérselo le queda al ras del suelo.
El vestido violeta de Silena es más escotado y pegado al cuerpo. Resalta las curvas de ésta de una manera no muy explícita y cae un poco más arriba de sus rodillas.
Por último, mi vestido de un negro intenso es largo. Llega al suelo y se desliza sobre él, es un vestido con toque elegante. Es escotado y deja al descubierto una de mis piernas. Tiene brillos plateados haciendo referencia a un cielo estrellado.
Para combinar, mis zapatos son rojos y los zapatos de mis amigas son negros. Yo llevo un collar con una piedra morada, Silena una roja y Clarisse una negra.
—Bien. Terminamos, ¿verdad? —pregunta Clarisse que además de quererse ir, está incómoda, no es de usar vestidos. No le gusta esto de estar quieta. Es cosa de semidioses, reflejos propios de nuestro cuerpo, a menudo nos dicen que tenemos TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).

—Claro que no. Olvide algo. —Rebusco en lo que traje y la encuentro.
—Gracias, gracias, gracias. —agradece poniéndose la campera de cuero que le di. Me abraza y me gira, elevándome del suelo.
—De nada, Claricita. Pero como todas tenemos que combinar...
—Oh no. Eso sí que no. No me voy a poner una campera de cuero. No es mi estilo. Ah-ah. No me queda bien. Para nada.
Ambas le damos una mirada con una ceja alzada.
—Y a mí no me gustan los vestidos. — respondo.
—Y yo los detesto. —agrega.
—Solo hoy y por ustedes. Nunca más. — refunfuña metiéndose dentro de la prenda.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2022 ⏰

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