Entre la guerra y la paz

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Capítulo 6. Entre la guerra y la paz.

Aquella mañana, la puerta del salón fue abierta abruptamente, mostrando a un pecoso con ceño fruncido y actitud desafiante, el cual llevaba un pequeño apósito que cubría la esquina de su labio producto de la pelea de la noche anterior.

—Deku-kun, no traes corbata. —señaló Ochako con amabilidad.

—No estorbes, cara redonda. —gruñó, alejándose de la chica y sentándose en su respectivo lugar, no sin antes levantar los pies y ponerlos en la mesa.

—Midoriya, baja los pies del escritorio, por favor. —pidió Tenya con severidad.

—¡¿Hah?! —preguntó enojado.

—Eso es una falta de respeto al reglamento estudiantil.

En medio de todo, el verdadero Izuku llegaba al salón, y sorprendido escuchaba la discusión que Katsuki sostenía con Tenya.

—Puedes meterte el reglamento por el puto hoyo más estrecho y oscuro que tengas. —dijo Katsuki enojado.

Una exclamación de sorpresa se escuchó por parte de todos los compañeros de clase al escuchar a "Izuku" hablar así.

—¡¿Qué estás diciendo?! —exclamó Izuku con horror.

—Tu provocaste esto, rollito de canela. —le recordó Katsuki con ira, levantándose y chocando su hombro contra Izuku.

El trato entre ellos de intentar "fingir ser el otro" se había ido al carajo con la discusión que tuvieron afuera del restaurante de Sero.

—¡¿A dónde vas?! —preguntó Izuku.

—Me largo.

—No puedes saltarte las clases. —dijo Izuku indignado.

—Y necesitas un permiso del profesor para estar merodeando por los pasillos. —indicó Tenya.

—Si lo tengo —Katsuki buscó algo entre sus bolsillos—, está... ¡Aquí! —sacó su mano del bolsillo y mostró el dedo del medio, dirigiéndolo a Tenya. —Piérdete, Sonic cuatro ojos.

Todos abrieron sus bocas con sorpresa, viendo cómo se marchaba un rebelde "Izuku".

Izuku bufó. ¿Acaso Katsuki pretendía arruinarlo en el instituto?

—¿Qué le pasa? —preguntó Tenya confundido.

—Actúa como un delincuente. —dijo Ochako preocupada.

—¡La convocatoria de arte lo tiene estresado! —dijo Izuku a modo de justificación.

—¿Cómo sabes de eso? —preguntó Ochako sorprendida.

—Lo mencionó mientras... hacíamos el informe de la visita al museo que nos impuso Aizawa-sensei. —farfulló Izuku, desviando la mirada y poniendo su mano en su nuca al mentir.

Ochako lo miró con sospecha, aquellos gestos nerviosos se le hacían familiares, pero en otra persona que no era Bakugo.

Las cosas no mejoraron después, ya que en la cafetería Denki se había acercado a coquetear descaradamente con Hitoshi, un estudiante de otra clase y el hijo de Aizawa en un anterior compromiso con una mujer de apellido Shinso, provocando que Katsuki enfureciera por la actitud tan melosa y despreocupada de Denki.

—¿Qué demonios te pasa, cargador con patas? ¿Tienes frito el cerebro y no aprendiste nada de la última vez? —empujó a Denki. —Y tú, zombi lava cerebros —señaló a Hitoshi—, aléjate de él.

—Estás muy rabioso hoy, Midoriya. —dijo Hitoshi divertido.

—No sabía que estabas tan interesado en mí, Midoriya. —dijo Denki con una sonrisa muy coqueta.

Si yo fuera túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora