capitulo 1

0 0 0
                                    

Aria, Aria ¡Aria!, escucho que mi madre grita desde el primer piso, sin embargo aún no quiero despertar.
Hoy emprendo mi rumbo hacia un nuevo destino, una nueva ciudad y como muchos piensan una nueva vida y sin embargo para mí parece de todo menos eso.
Durante 18 años de mi vida me esforcé por ser la hija perfecta, era la menor de 3 hermanos y mis dos hermanos mayores los Gemelos Christopher y Carlos me llevaban por aproximadamente 11 años, por lo tanto entenderán que todo lo bueno que yo hacía, ellos ya lo habían hecho 100 veces mejor.
Mis dos hermanos, si bien no eran unos genios, habían ido a una de las mejores universidades de nuestro país, Christopher se había especializado en negocios, y había empezado de 0 desde que tenia aproximadamente 15 años en sus propios negocios, le encantaba el ensayo y error, o eso decía el, aunque para ser sincera nunca vi uno de sus negocios fallar, una vez que egreso de su carrera con junto uno de sus amigos crearon una marca de elementos reciclados con basura recogida de la playa, y hoy era una de las star up con más potencialidad en el país, y Carlos a quien siempre le había apasionado leer se decidió por estudiar Derecho, y hoy en día trabaja con Chris en su negocio, además de ser uno de los mejores abogados del gobierno.
Como verán, y se habrán dado cuenta de que cualquier cosa que yo pudiese hacer no era nada comparado con mis hermanos, incluso en el colegio era comparada con ellos, y aunque pudiese ser igual de buena que ellos nunca los iba a poder superar.
Durante los 12 años me dediqué y me esforcé para poder ser la mejor de mi clase y que mis padres me prestaran un poco de atención, y funciono, al menos por una par de meses cuando les dije que había entrado a estudiar medicina, y si, se que suena bastante cliché, pero en verdad me apasionaba, cuando era pequeña veía programas de televisión de doctores y sentía que eran como ángeles que Dios enviaba a la tierra para que pudieran sanar todas nuestras dolencias, los veía algo así como soldados que venían a curar y a ayudar, y siempre quise ser uno de ellos.
¡ARIA!, NO HAGAS QUE SUBA A TU CUARTO, y con ese grito de mi madre me apresuró a guardar las últimas cosas que me faltan, tengo que ir a tomar un avión para empezar "mi nueva vida"

EspejismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora