Capitulo 12

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"¿Qué hay de casarse con la princesa? Podrás controlar a la familia real completamente así.

"¿Estas loco?"

Eric replicó ferozmente.

"No, bueno. ¿Porque estas tan enojado? Es desconcertante.

Daniel se rascó la nuca y murmuró.

"Solo creo que casarme con la princesa produciría los mejores resultados. Creo que será difícil convertir al Segundo Príncipe en un perro leal como lo es el Rey ahora".

"......"

"Después de casarte con la familia real, puedes ejercer su poder. ¿No es algo en lo que eres bueno? Golpear la nuca de las personas que confían en ti".

"Cuida tu lenguaje."

"Por supuesto."

Luego se alejó de Daniel, que tenía la boca cerrada con fuerza, luego miró hacia el techo.

Lo que dijo Daniel no estuvo mal.

Según dijo, no era mala idea casarse con la princesa y tener a toda la familia real en la palma de su mano. No, Eric admite que este fue el mejor método.

Sin embargo.

¿Qué pasaría con Cloe?

Si se divorcia de ella, ¿qué sería de ella? ¿Cómo viviría ella? ¿Pagará su familia las deudas de su hermano mayor?

Está claro que se quedarían en las calles. Si la noble y digna Chloe Rolphe se quedara mendigando en las calles... mierda.

Eric volvió a agarrar el destornillador. Se concentró solo en la máquina frente a él y la ensambló un tornillo a la vez.

"Si el Segundo Príncipe se convierte en Rey, no te dejará ir fácilmente".

"Lo sé, Daniel. No soy idiota."

"¿Se resolverá si lo sabes? ¿No deberías encontrar una solución? ¡Solo cierra los ojos y vuelve a casarte!".

"¿No he dicho claramente que no quiero?"

"Ah, en serio. No te gusta esto, no te gusta aquello. Si odias todo, ¿por qué entonces? Porque realmente no entiendo.

Daniel se acercó al lado de Eric.

"¿Por qué te casaste con la señora cuando ni siquiera la amas, eh?"

Eric frunció el ceño. Se quitó las gafas sobre los ojos que de repente se sintieron apretados.

"¿Es por eso que me estás convenciendo de que me divorcie? ¿Debería tirar todo por la borda?"

"¡Su Excelencia estará en peligro de lo contrario!"

No lo haré. Incluso si intentan morder, los sostengo en mis manos".

Eric se puso las gafas de nuevo. Levantó un pequeño engranaje con unas pinzas de metal y armó con cuidado la máquina frente a él.

"Tengo un plan. Todavía estoy considerando cómo debo hacerlo".

"No hay garantía de que el plan de Su Excelencia tenga éxito. No deberías ser complaciente".

"Claro, seguiré escuchando tus críticas que están apenas disfrazadas de consejos".

"¿Era obvio?"

Daniel dio un paso atrás y sonrió.

Sabía que presionaría los botones de Eric si decía algo más. Además, ya dijo lo que tenía que decir.

Mi esposo se arrepentirá de estoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora