little flower.

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Corría lo más rápido que podía, ya no daba más, ya no quería seguir. Avancé unas cuadras más y me escondí dentro de una tienda de comida, mi respiración estaba agitada y mis piernas temblaban.

Comencé a caminar por los pasillos y a perderme por ellos para disimular, para que nadie supiera que me estaban siguiendo. Mientras miraba y agarraba alguna que otra cosa para comprarla vi a una chica parada observando la heladera dónde estaban las botellas de agua y los refrescos. Era una chica un poco más baja que yo, tenía cabello corto que no le llegaba más abajo del cuello y peinado hacia atrás, usaba cubrebocas negro y una remera con un logo de rock junto con pantalones grandes que parecían de pijama. Su postura no era la mejor pero eso la hacia bastante atractiva, sin embargo no tenía tiempo suficiente para socializar ni mucho menos para coquetear con alguien en ese momento.

—¿Por qué están taaan alterado? — aquella chica giro la cabeza y me miró mientras enarcaba una ceja.
—¿Eh? — fue lo único que pude formular de los nervios que tenía, ¿tanto se notaba que estaba asustado y alterado?
—Ah, quizá fue sólo mi imaginación, me gusta observar a la gente e intentar comprender su lenguaje corporal. — soltó una risilla y siguió haciendo lo que hacía, observar las bebidas.
—Sí, probablemente fue tu imaginación. — una risa nerviosa acompañó esa oración. — ¿Cómo es tu nombre?
—Sakurai Megumi. — creo que sonrió por qué sus ojos se achicaron. —¿El tuyo? —
—Me llamo Ikeda Asa. — le sonreí mostrando mis dientes, sabía que mi sonrisa era mi atributo más atractivo, lo sabía.
—Un gusto Ikeda-kun. — soltó una risilla divertida, casi parecía sarcástica.
—Ajá, un gusto Saku-chan. ¿Qué es lo que te causa tanta gracia?—
—Nada, ahora me tengo que ir, fue agradable charlar un momento contigo.— abrió el refrigerador que tenía en frente, sacó una botella de agua y salió disparada como si fuese una bala. —Adiooos.— agitó su mano hacia mí y desapareció entre los pasillos.

Wow, acababa de entablar una conversación con una chica.. y ella me había hablado primero. ¡ELLA ME HABLO PRIMERO! debo ser muy atractivo para que una chica me hable primero ¿verdad? eso creo. Decidí irme de la tienda y comprar galletas y una lata de refresco, debía volver lo más rápido que pudiese a mi casa o por lo menos antes de que oscureciera.