Epílogo

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Jennie terminó de acostar al pequeño Byeon, cantando una suave canción de cuna mientras su bebé cerraba sus ojitos, apretando uno de sus peluches para dormir

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Jennie terminó de acostar al pequeño Byeon, cantando una suave canción de cuna mientras su bebé cerraba sus ojitos, apretando uno de sus peluches para dormir.

Su niño terminó por dormirse completamente y ella abandonó la habitación, yendo al dormitorio que compartía con Lisa, no la encontró, ahogó un grito cuando los brazos de la mayor rodearon su cintura, asustandola.

Escuchó la risa de Lisa en su oído, la cercanía la hizo ruborizarse.

—¿Te sorprendí, cariño? —susurró, sus labios tocaban su oreja, antes de que pudiera responder, la pelinegra bajó al cuello de la menor y comenzó de dejar suaves besos.

—L-Lili —Jennie pasó saliva con nervios.

—Nini, déjame besar tu cuerpo de nuevo —pidió—. Hace mucho no lo hago, quiero hacerlo, lo estuve esperando, ¿Me dejas? —y es que desde su regreso a su mundo, Jennie no la había dejado dar un vistazo a su cuerpo en ningún momento de aquellos estresantes dos meses.

Y continuó dejando húmedos besos en su cuello, que la hicieron jadear hasta asentir.

Lisa la volteó, besando sus labios mientras avanzaba hacia la cama, con Jennie caminando de espaldas, la mayor se detuvo antes de que su amada chocara con la cama.

Sin dejar de mirarla, Jennie se recostó sobre las sábanas, su respiración agitada y su expresión necesitada eran más que hermosas.

Lisa se colocó a horcadas sobre ella, sus manos pasaron por debajo de la remera de Jennie, acariciando su torso con suavidad hasta pasarla sobre su cabeza.

Entonces, Jennie cerró los ojos y quiso irse, no quería que Lisa viera lo que había cambiado.

Su cuerpo con músculos marcados se veía más perdido, el embarazo había echo que una capa de grasa cubriera sus músculos que también se habían reducido por la falta de ejercicio y de gravedad en el espacio, notando se menos que antes, pero en su estómago se notaban las estrías, esas cicatrices que adornaban su bajo vientre y que a ella no le gustaban.

Sintió a Lisa tocarlas con la punta de sus dedos, trazando el camino de esas líneas.

Se cubrió el rostro con sus manos, sintió las lágrimas en sus ojos y se mordió con fuerza su labio inferior.

—Nini —Lisa se acercó a ella, su voz era suave, sus manos tomaron sus muñecas, en una señal para que las apartara, pero no lo hizo, Jennie negó—. ¿Qué pasa, amor?

La pelinegra se acercó a ella para dejar besos sobre las manos de la menor, luego de unos cuantos un sollozo escapó de los labios de la castaña, haciendo que Lisa se separa un poco con preocupación en su mirada, Jennie apartó sus manos y la miró como si pudiera disculpas.

—Jennie, bebé... —Lisa limpió sus lágrimas—. No llores... ¿Por qué habría que llorar, cariño?

—N-No me gustan —murmuró, una de sus manos escapó del agarre de Lisa para cubrir un poco esas cicatrices.

—Jennie... —murmuró la mayor, se alejó de su rostro, para bajar hacia su vientre, tomó la mano que cubría un lado de su bajo abdomen, y un par de esas marcas, para comenzar a dejar besos sobre ellas, besando con cariño su piel mientras seguía tomando su mano.

Jennie sonrió, se sintió tan bien en su interior ese gesto, y Lisa no se detuvo, continuó besando cada una de esas marcas, sacándole unos cuantos suspiros por estar tan cerca de su parte baja, mandando cosquilleos por toda su columna en algunos besos más calientes.

Sus manos se separaron sólo cuando Lisa se apartó para quitarle las prendas que le quedaban a su amada, dejando su cuerpo totalmente a la vista.

Besó a Jennie en los labios una vez más, impulsado por todo el amor que le tenía, que florecía cada vez que la miraba, mientras pasaba sus manos por todo el cuerpo de la menor, sacando suspiros y jadeos entrecortados por el encuentro de sus belfos.

Se encargó de decirle que la amaba, nunca se cansaría de decirlo, miraba a esos ojos llenos de estrella con admiración y cariño, Jennie sonrió apenas un poco, sus lindos dientes se asomaron entre sus hinchados labios como respuesta.

Y besó todo su cuerpo de nuevo, volviendo a encontrar sus labios con cada centímetro de su piel, que tanto había extrañado.

Podría decir que estaba algo cambiada, pero la amaba igual, amaba esas nuevas marcas también, porque eran la prueba de lo que había logrado, del fruto de su amor y de su lucha.

Y amaba a Jennie también, con todo su corazón, con todo el universo en su interior, y lo seguiría haciendo por siempre, hasta que los astros dejen de girar, hasta que el universo desaparezca y todo vuelva empezar, y seguramente, incluso luego de eso, la amaría también.

🌟Fin🌟

Bueno, llegamos al final y espero que les haya gustado la historia

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Bueno, llegamos al final y espero que les haya gustado la historia. <3

Aviso;

  Si les interesa, he publicado la precuela del fic pero ésta contará la historia de Jisoo y Rosé. La historia se llama ‘Bitter Star’.

Sweet Star | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora