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y fue tan natural, la conversación fluyó ese día, y el día siguiente, y el siguiente ...

pronto, yedam y el chico limón comenzaron a llevarse bien.

yedam lo ayudó a sonreír más, era como una pequeña planta, plantaron las semillas y en los días malos cortaron los excesos.

de hecho, era muy fácil ser amable con un chico amargado como él.

así que bang yedam se consiguió un amigo cítrico.

lemon boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora