🌙‹‹ Fuiste, Eres Y Serás.. ─ [Ereri]

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🕷️ ... Buenaaas, bueeenaas... ¿Cómo anduvo mi bella muchachada? Tranquilos, tranquilos, abajo armas por favor, no queremos llegar a la violencia. 

Cómo podrán ver, estoy empezando nuevamente está historia. No, no, la que escribí antes era simplemente mediocre, disculpen.

Seguramente, yo en el futuro voy a estar igual con este “Re-make”, pero bueno, las risas no van a faltar.

No prometo que esto sea una obra de arte, que va a pasar a hacer una leyenda internacional. Pero, algo decente van a tener, o por lo menos un poco mejorcito.

Sin más que decir, empezemos, disfruten el primer capítulo... nuevamente.

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Eren caminaba hacía la salida de la escuela, con sus amigos Armin y Mikasa, al lado.

Su mente estaba en otro mundo, no prestaba atención a lo que sus dos amigos hablaban. Hasta que el menor de los tres, decidió llamarlo.

« ¡Eren! ¡Eren! »

Llamó, agitando su mano delante de su rostro como un intento de llamar su atención. No recibió lo que esperaba, suspiró profundamente dejando de hacer ese movimiento brusco, llamando con más tranquilidad y preguntando.

« Eren, ¿Estás bien? »

No había respuesta del contrario aún, Mikasa en un intento de acariciar levemente la espalda de Eren para que reaccionará, le dió tremendo golpe haciendo que el castaño se cayera hacía adelante, golpeandose contra el piso.

« ¡Oh, Dios mío! ¡Llamen a una ambulancia, maldición! ¡Mi columna, mi columna! »

Eren lloriqueaba en el suelo, retorciéndose, tratando de tocarse la parte golpeada.

« ¡Eren! ¡Eren! Cálmate, estás bien, tu columna está completamente bien. »

Habló Armin, ayudando a el de ojos esmeralda a levantarse con ayuda de Mikasa, que se sintió levemente decepcionada por dicho escándalo.

« Eren, por favor, calmado. »

El contrario, ya parado, exhaló profundamente, ya estando tranquilo.

« Nosotros solo queríamos saber que te tenía en las nubes. »

Suavamente exclamó, con una sonrisa que mostraba su leve nerviosismo. Suspiró en respuesta, para luego de unos momentos de silencio comenzar a hablar.

« Detesto que la gente piense que porque tengo dinero, ya soy jodidamente feliz. Qué no puedo tener problemas solo porque tengo plata, qué tengo que agradecer que tengo una vida así, ¡Carajo! ¿Acaso no saben que no todos los problemas que tiene una persona en la vida no solo se resuelven con dinero? »

Un gruñido se pudo escuchar cuando terminó de soltar su frustración, el rubiecito dejo posar su mano en el hombro del mayor, dando palmaditas suaves en este.

« Tranquilo, amigo, tranquilo, no hagas caso a ese tipo de comentarios, es gente ignorante que no saben de qué están hablando. »

Esta vez, fue el turno de la azabache hablar, con un tono frívolo en su voz.

« Eren, dime quienes fueron esas personas que te dijieron esas cosas. »

El ceño fruncido adornaba su cara, mirando fijamente al pobre Eren.

« Déjenlo ahí, ¿Bien? Ya no hablemos más del tema. »

Los dos asintieron volviendo su mirada al frente, con un sabor amargo en la boca, pero ni una palabra más del tema.