La noche era estrellada en Londres, el frio en el ambiente daba la bienvenida al otoño, las luces irradiaban con esplendor, pero sin cegar aquellos ojos azules y verdes que miraban impresionados la arquitectura barroca del restaurante en que se encontraban.
El techo tenía una simetría renacentista con colores cálidos y esculturas de ángeles color alba dorado tocando arpas adornando cada rincón del lujoso salón, los candelabros de piedras lujosas brillando sobre sus cabezas y el exquisito aroma de comida llenando sus fosas nasales lograban que un escenario cómodo pese al nerviosismo que no abandonaba sus cuerpos
Alfas, omegas y betas elegantes cenaban, reían, negociaban, y algunos se amaban. Cada mesa por la que tenían que pasar funcionaba como un mundo diferente.
Los ojos de Louis se posaron en una pequeña familia de tres integrantes; un niño omega de aproximadamente de seis años sentado en medio de lo que deductivamente eran sus padres.
Resultaba difícil no verse reflejados en ellos, la chica alfa miraba con adoración a su pareja y la omega solo se sonrojaba ante sus ojos. Estaban en una burbuja, Louis espera que aquella nunca se rompa.
Las memorias nunca mueren y siempre duelen, especialmente las que no puedes cicatrizar.
Porque cuando los besos robados se acaban, el cielo oscurece y todos son presas del pánico, surge el miedo que orilla a los monstruos internos a pelear. Se siente como caer a un precipicio, gritar y que nadie esté escuchando, caer y caer cada vez más profundo.
Porque cuando el amor se acaba y el cielo obscurece no hay retorno.
"¿Estás bien?" Pregunta Harry. Louis lo mira fijamente sin saber realmente que contestar
¿Estaba bien?
"Supongo" Responde cortante sin propósito. Sintiéndose un poco mareado por sus propios pensamientos decide tomar el torso de la mano de su hija quien estaba ocupada observando el lugar.
Un camarero beta y elegante con olor a colonia barata se acerca a ellos "Buenas noches, ¿Los puedo ayudar?" Pregunta el hombre, tiene un acento francés no deja de sonreír con amabilidad.
Louis se siente de la realeza.
"Si, tenemos una reservación a nombre de la familia Pyne Malik" Contesta Olivia sonriente.
El hombre revisa en un pequeño aparato que ha saco del bolsillo trasero de su pantalón mientras asiente con alegría "Efectivamente messieurs, permítame indicarles"
"Oh...merci monsieur" Agradece Harry arreglando más las mangas de su saco de forma pretenciosa.
Louis carcajea fuerte haciendo que muchas miradas caigan en su familia, entre ellos la del mesero francés, sin embargo, el hombre solo frunce el ceño y se vuelve a girar para continuar con el recorrido.
Harry pone cara de circunstancias y se cruza brazos "No seas corriente" Farfulla el omega enojado, Louis enserio trata de no reírse tan fuerte.
"Tu deja de intentar ser otro" Responde en el mismo tono sonriendo, reservándose otros comentarios.
"No intento ser otro. Se algunas cosas por cultura general, pero por supuesto que tú no sabes nada, solo tocas la guitarra y escribes cursilerías que seguramente son dedicadas a omegas más altas que tú" Harry no sabe de donde salió el ultimo comentario. Sin embargo, no deja mostrar su propia sorpresa y se limita a fulminar con la mirada al alfa.
Louis silva mientras hace un -o- con su boca y asiente aceptando el comentario, no borra la sonrisa de su rostro.
Louis sabe que se refiere a Taylor, en el pasado han surgido las mismas quejas y reclamos, en realidad Harry estaba tardando en mencionar aquello. Tampoco le negará nada, una parte de él ama esto, significa que muy en el fondo él aún se siente amenazado por alguien más.
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Paper rings||L.S.
Fanfico: Harry Styles y Louis Tomlinson vuelven a encontrarse años después de su divorcio en la boda de Olivia, su única hija. Sin saberlo se envuelven en días llenos de travesías que deben enfrentar. En medio de todo el caos salen a luz sentimientos r...