(With) No Mercy ;; LawRusso [Cobra Kai]

(With) No Mercy

Lawrence no sentía tanta tensión desde que había visto entrar a John Kreese, su sádico ex-sensei al dōjō de su renacido Cobra Kai en busca de una nueva oportunidad y de alianzas. Estando ahora en un auto, junto a su rival por más de treinta años, no podía dejar de pensar en un montón de cosas que quisiera no estar pensando.

La tensión era notoria, aunque no sabía si era entre ellos o sencillamente se debía al evento mayor: la repentina desaparición de Robby. Entre las cosas que pasaban por la cabeza de Johnny, figuraban sentimientos encontrados para con su primogénito. Pudo haber sido un mejor padre, eso era un hecho irrefutable, pero no había mucho que pudiese hacer cuando su propia historia familiar había sido tan inestable y poco merecedora de reconocimiento. Quizás pudo haber sido un adulto maduro para no haber repetido la historia, sin embargo, no sabía cómo tratar con Robby. Y desde que los LaRusso lo acogieron, todo se había ido aún más al carajo para él y su cada vez más fragmentada y confusa psique.

John Lawrence realmente desea haber sido un mejor padre para Robby. Nada de esto estaría pasando si hubiese cumplido con su deber de padre. Pero ya era demasiado tarde para lamentarse, lo único que podía hacer por ahora era encontrarlo y tal vez darle una charla. Y aún así, la idea era aterradora, porque si hay algo a lo que Lawrence no puede golpear primero y sin piedad es a los sentimientos, ya sean los propios o ajenos. Nunca le ha cabido la menor duda de que es un excelente luchador, pero cuando se trata de introspección es definitivamente un novato. Para él, sus emociones jamás han sido un tema que tratar, pues 'un verdadero hombre' no debe preocuparse por algo tan femenino como los sentimientos.

Indiscretamente, miró a LaRusso, que iba con la vista intacta al frente y bastante concentrado. Son muchas las cosas que piensa sobre Daniel LaRusso, principalmente que es un cobarde y que es demasiado suave. Incluso si han pasado treinta años y tal vez más, no ha podido dejar de ver en él al mocoso de Nueva Jersey que llegó a quitarle a su chica y que se escondía tras la espalda de un anciano asiático justiciero. A pesar de todo ello, es él quien lo está ayudando a buscar a su hijo desaparecido. Para Johnny es un golpe a su orgullo haber acudido a LaRusso, pero de alguna forma sabe que es mucho más racional de lo que él puede ser y ciertamente es un pilar emocional, quizás más emocional de lo que Lawrence puede soportar.

Una luz en rojo detiene el andar del auto, siendo el sonido del motor en marcha el único ruido audible. No hay un intercambio sólido de palabras, más bien ambos se miraron, compartiendo la preocupación y angustia por la desaparición de Robby.

Johnny recordó a Daniel cuando ambos eran adolescentes. Era notablemente más pequeño que él, y de todos modos con su actitud altiva podía parecer mucho más grande. Cada interacción no era más que una provocación y una abierta declaración de guerra a pesar de la mandatoria tregua que Miyagi les había encomendado hasta que se concretara el torneo de All Valley. Incluso si trataba de recordarlo de la peor manera posible, había algo más. Las memorias de LaRusso arrebatándole a Ali en sus narices ya no estaban cargadas de resentimiento. En algún punto, las cosas dejaron de girar en torno a Ali, primeramente porque sabía que la había perdido tan pronto como LaRusso se acercó a ella, y en segundo lugar, fue porque de la misma forma, en algún punto, las cosas comenzaron a girar en torno a Daniel.

Cuando Johnny comenzó a notar la tensión entre él y Daniel, se sintió particularmente alarmado y disgustado, pues no era una tensión típica de enemigos, sino más bien tensión sexual sin resolver. Era extraño y desagradable. No podía imaginarse a LaRusso de otra forma que no fuese como su enemigo. Y sin embargo, había otro montón de cosas que sentía cuando estaba ante la presencia del mismo.

Se sentía asqueado, porque para él, como todo un "macho alfa", la idea de sentir algo por otro hombre no solo es inconcebible, sino que es también un error en todos los sentidos. La idea le resulta ciertamente repulsiva, aún más sabiendo que se trata de su enemigo de hace más de tres décadas.