Dulce, Aunque Corto

Lo siento, me he enamorado de ti: 6

Te quiero, te quiero, te quiero

El corazón de Zhuang Ze se estremeció. No deseaba oír hablar del pasado emocional de Zhou Yunchen ni de su enamoramiento de los demás.

En cambio, Zhou Yunchen lo reveló todo. Se recostó en la cabecera de la cama y se puso los brazos sobre los ojos, impidiendo que entrara la luz: "Tengo envidia de Luo Huiyan, envidia de que te guste. La perseguí a propósito para que te rindieras".

Zhou Yunchen se detuvo un momento antes de decir en tono de autoburla: "Lo siento, me he enamorado de ti".

Zhuang Ze se quedó boquiabierto. Abrió mucho los ojos y pensó que podía estar soñando. 

Zhou Yunchen no le miró. Se limitó a levantarse y a decir unas palabras llenas de desesperación con voz abatida: "No sé por qué me gustas, está claro que somos chicos... Es horrible, ¿verdad? Pero es como lo que has dicho, simplemente me gustas, no hay razón".

Cuando Zhou Yunchen abrió la puerta, Zhuang Ze se sobresaltó de repente.

La oscuridad penetró desde el exterior. Cuando Zhou Yunchen dio un paso hacia fuera, fue como si fuera engullido por ella.

Zhuang Ze se levantó de repente y utilizó todas sus fuerzas para abrazar a Zhou Yunchen por detrás mientras dijo: "Yo..."

Abrió la boca, pero no salió ni una palabra, tenía miedo de decir algo. ¿Por qué? Porque si se trataba de un sueño, en cuanto estuviera a punto de decir algo, se despertaría del sueño.

Zhou Yunchen se sobresaltó. Miró la mano de Zhuang Ze, de piel clara, y dijo en voz baja: "No hagas cosas que me hagan malinterpretar". 

La voz de Zhuang Ze parecía atrapada por un par de pinzas que realmente no podía emitir ningún sonido.

Zhou Yunchen sonrió y dijo lentamente: "Ya ves, hasta yo he sido capaz de confesarme. Ya que te ha gustado, ahora ve y díselo. Sé un hombre".

Zhuang Ze le abrazó con fuerza. Por fin pudo recuperar la voz y dijo: "Me gustas".

Zhou Yunchen no pudo moverse en absoluto, la incredulidad llenaba sus ojos. Pero pronto frunció el ceño y dijo: "No te burles de mí".

"Ella no me gusta, Yo..." Zhou Yunchen se dio la vuelta y miró fijamente a Zhuang Ze. Zhuang Ze abrió la boca y dijo en voz alta: "¡Ella no me gusta, el que me gusta es él!".

Milagrosamente, Zhou Yunchen comprendió lo que Zhuang Ze quería decir.

Zhuang Ze levantó la cabeza y miró a Zhou Yunchen con unos ojos apasionados fuertemente llenos del amor que ya no podía ocultar.

El corazón de Zhou Yunchen palpitó con fuerza. Era como si estuviera de pie frente a una espesa niebla, sin saber si se trataba de un abismo sin fondo o de un camino suave.

Zhou Yunchen dudó un momento antes de salir. Luego, besó a Zhuang Ze, esperando caer en la inconsciencia.

Zhuang Ze le abrazó con fuerza y le devolvió el beso torpemente. 

Zhou Yunchen no cayó, sintió que se movía con la serenidad tranquila de un Dios, como si hubiera llegado al cielo.

Zhou Yunchen besó furiosamente a Zhuang Ze, confirmándolo una y otra vez con besos cansados, desordenados y con olor a licor.

Zhuang Ze lloraba en silencio, pero seguía abrazado la cintura de Zhou Yunchen.

Los dos se amaban en la oscuridad como si el siguiente segundo fuera a ser el fin del mundo. 

Zhou Yunchen mordisqueó la oreja de Zhuang Ze y dijo repetidamente: "Te quiero, te quiero, te quiero".

Zhuang Ze no sabía cómo abrazarlo más fuerte, cómo decirle el amor que desbordaba su pecho.

Zhou Yunchen apartó las manos de Zhuang Ze y vio sus ojos. 

Era la visión más hermosa que había visto nunca.

De hecho, Zhou Yunchen se había quedado embelesado desde la primera vez que lo vió.

Había caído en la mirada de Zhuang Ze. 

Pero siempre había pensado que Zhuang Ze estaba mirando a otra persona.

Y ahora, estos ojos le pertenecen a él.