Capitulo 3.

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Me sonó el despertador a las siete de la mañana, pero no decidí levantarme hasta pasadas media hora, cuando mi madre vino a despertarme-que me había vuelto a dormir- con un vaso de agua el cual me tiro por encima, no pude contenerme y grite con todas mis fuerzas despertando así a mi hermana más pequeña que dormía plácidamente en el cuarto de al lado.

Mi familia está compuesta por mis padres, mi hermana mayor, Sofía; Mi segundo hermano mayor, Pablo; Carolina, la segunda más pequeña, Carlota la más pequeña de todos, y yo, que me situó en medio de los cinco por edad.

-¡¿Mamá pero que haces?!

-Despierta dormilón, o llegaras tarde a clase.

-No hacía falta que me tiraras agua, con un pequeño empujón valía- Conteste mientras sacudía la cabeza intentando quitar un poco del agua que había derramado mi madre sobre mí.-Ahora tendré que secarme el pelo y tardare más, ¡Si llego tarde será por tu culpa, graciosa!

Mi madre negó con la cabeza seguido de una sonrisa y se dirigió fuera de mi habitación dejándome solo.

Después de que cerrara la puerta aproveche para levantarme de la cama y prepararme para el instituto. Mire por la ventana para saber cuál era la ropa más adecuada para ponerme ese día, me decidí por una sudadera negra y unos pantalones de chándal grises ajustados por los tobillos, la verdad es que no me arreglo para ir al instituto, ya que ir no me hace mucha gracia, esto de levantarte temprano para ver siempre a la misma gente y a los mismos profesores que siempre dan lo mismo en las clases es algo que no me atrae mucho si soy sincero.

Al bajar las escaleras de casa me situé en un escalón antes de llegar abajo viendo como mi hermana Carol se peinaba su precioso pelo rubio de corte recto, que se alargaba hasta pasado un poco el hombro, lo tenía liso y eso le hacía que pareciera aun más bonito. Me quede embobado mirándola, es una niña muy guapa.

-¿Qué miras Carlos? ¡Déjame en paz pesado!

Esa era una frase mítica en mi hermana, la cual siempre me hace gracia. Termine de bajar las escaleras y pase hacia el comedor despeinando a la pequeña rubia, haciendo que me pegue en la mano seguido de un grito dirigido a mi madre.

-¡MAAAAAAAMA!

Me gire para taparle la boca con las dos manos mientras ella intentaba pegarme patadas para que le soltara, eso no se le hacía fácil, pero aun así seguía.

-Deja de gritar que Carlota está durmiendo- Después de decirle eso, decidí soltarla y seguir mi camino.

Note como la pequeña detrás de mi hacia muecas con la cara, solo hace que hacer el tonto, aun así es adorable.

Al llegar donde estaba mi madre preparando el almuerzo para nosotros, me despedí cogiendo el mío que estaba en la mesa del comedor desde hace cinco minutos y dándole un beso en la mejilla a ella.

-Hasta luego mamá, después nos vemos.

Recogí la mochila del suelo colocándomela en el hombro derecho y casi cuando cerré la puerta mi madre lo interrumpió.

-Carlos, te has olvidado el móvil, te ha llamado Rebe, será algo importante.

Entonces fue cuando me acorde de que la pelirroja y yo habíamos quedado en la plaza Mayor para ir juntos hacia el instituto. Cogí el móvil y salí enseguida con la bicicleta, pasando por mil calles hasta llegar a la plaza donde se encontraba ella.

-Hola Carlos, ¿No crees que llegas un poco tarde?

-Sí, lo siento, es que me he quedado dormido.

Rebeca me sonrió con una de esas bonitas sonrisas metálicas. La verdad es que es una chica increíble, no sé cómo me ha podido aguantar durante todos estos años.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2015 ⏰

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