Acorralado por el hermetismo, un insulto a lo demostrado como algo no valorado. Si mi sutileza en hablar no te convence que lo haga mi yo interno, solo no me convenzas a mi que no estás siendo hermético.
Nuestra última conversación, tú y yo nos sentamos en la sala, hablando de mi música y te traje algo para escuchar, empezaste a llorar diciéndome que no eres tú.