Encuentro y Anhelo

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Ignorando por completo sus propios complejos Bakugou tomaba camino por el lugar mirando como los policías le saludaban como a cualquier otro héroe con una actitud animada y burbujeante como si su visita fuese algo rutinario.

A punto de entrar a la oficina principal sus manos se detenían por un instante sintiéndose nervioso por alguna razón al ver toda esa aura tan reconocida. Toda aquella algarabía y el ambiente del lugar simplemente le traían una cálida sensación sintiéndose un tanto fuera de balance.

-Que jodidos me sucede el día de hoy, actuando como un idiota adolescente- soltaba abriendo la puerta de una vez.

Frente a él, una silla vacía y dos guardias corpulentos se mostraban archivando papeleos obligándolo a suspirar cansado al ver como uno de ellos hablaba por teléfono colgándolo casi al instante. Molesto por el gesto de sorpresa de los hombres Bakugou miraba imponente hacia estos sacando su licencia y el papel de captura.

-Señor Dynamight acabamos de hablar nuevamente a su oficina para evitar que viniera, por órdenes del comandante el criminal fue enviado a la ciudad en un carro tanque está mañana lamento mucho el inconveniente- claramente apenado el oficial hacia reverencia frente a Bakugou mientras este solo le miraba molesto.

-Donde está su jefe y porque no me aviso directamente a la oficina-

-Oh si lo hicimos señor pero nadie respondió, casualmente hasta este preciso momento alguien descolgó la llamada para avisarnos que usted ya estaba en camino, en cuanto al jefe él lleva afuera varias horas así que probablemente no regrese hasta en unas horas más- aclaraba el sujeto haciendo que varios papeles se rompieran con las garras afiladas que adornaban sus dedos.

Sorprendido por la respuesta el de quirk explosivo recordaba como todos en la oficina habían salido esa mañana a celebrar el cumpleaños de un compañero al no tener emergencias previstas a excepción de ese villano que habia sido asignado personalmente a el, molesto por la absurda casualidad sus manos tomaban de un papeleo que le era dado mirando como aquel asiento forrado de cuero rojo elevaba la rara nostalgia que tenía agobiándolo desde que había entrado a aquel lugar.

-De acuerdo, no me agradan estos malos entendidos pero en parte fue nuestra responsabilidad, dígale a su jefe que antes de hacer cualquier movimiento trate de contactarnos primero por cualquier maldito medio, está comunidad no es muy grande así que probablemente no volvamos a vernos muy pronto, la comunicación es jodidamente importante en estos casos- soltaba el rubio sin más.

Atentos al consejo los oficiales agachaban sus cabezas mirando como el héroe tomaba de una carpeta cerrando tras de sí la puerta de la oficina con fuerza.

Tan tranquilo como podía Bakugou retomaba rumbo hacia afuera topándose con el bonito clima primaveral y el ruido de las cigarras que sonaban fuerte en el ambiente rural distrayendolo de la molestia que ese malentendido le habia causado.

De forma lenta y tranquila su nariz aspiraba de esa momentanea paz deteniendo sus pies súbitamente en el borde alto de las escaleras.

Abriendo de par en par sus orbes rojos las pupilas dentro de estos se contraían como si hubiese visto un fantasma mirando como el sujeto que pisaba el primer escalón de esas escaleras le observaba igual de atónito pasando a silenciar todo a su alrededor.

Frente a frente Kirishima miraba hacia arriba y Bakugou lo observaba por igual mientras el ruido de las cigarras se hacía más fuerte quedando como un eco que retumbaba específicamente en los oídos del rubio.

Sin saber como reaccionar su boca se abria lentamente temblorosa sintiendo como el sudor en sus manos generaba chispas que tronaban de manera inconsciente generando en ambos una leve tension de hombros.

EmpatiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora