2

208 10 3
                                    

Kaname corrió en el hospital en busqueda de ayuda, a los pocos segundos dos paramédicos llevaron al chico al interior del hospital.

- ¿Qué pasó? - pregunta preocupada Rima, doctora del hospital y esposa del primo de Kaname

- Fue un accidente, lo arrollé -

- Tranquilo, fue un accidente,  no querías hacerle daño -

- Salvalo, es un niño -

- Calma, todo va a salir bien. Veré si puedo evitar que venga la policía - dice Rima

- Si tengo que pagar por lo que hice, lo haré, solo preocúpate que sobreviva, es un niño -

Rima sonrió con tristeza, ese chico estaba más muerto que vivo.

En tanto Takuma no dejaba de mirar sus manos, aún estaban con la sangre fresca del infortunado joven.

- Papá, ese chico no va a morir ¿o sí? - dice muy afectado por todo lo vivido

- Harán todo lo posible por salvarlo - dice el hombre mayor abrazando a su hijo con fuerza. El hombre estaba aterrado de que por su culpa ese muchacho terminar fallecido.

Tres horas de cirugía. Las tres horas más largas de la vida de Kaname. A su lado dormía Takuma, con la sangre ya seca en sus manos y ropa. Rima se acercó a paso ligero, pero con un expresión de serenidad en su rostro.

- Fue una cirugía compleja, perdió mucha sangre, pero se va a recuperra -

- Gracias a Dios - suspira Kaname

- Se informó a la policía, pero no creo que tenga problemas, es un chico de la calle. Ya sabes como es eso a nadie le interesa perder el tiempo con alguien como ese sujeto. Si muere será solo un adicto menos en las calles -

- ¿Adicto? -

- Si, le hicimos un test de narcóticos y ese chiquillo tiene de todo en su cuerpo. Así que tranquilo -

Prontamente llegaron dos agentes de policía, los cuales tomaron declaración a Kaname, para luego dejarlo en paz. Kaname estaba aliviado de que el chico sobreviviera y también que no tendría que ir a parar a la carcel, pero le causó algo de tristeza saber que ni sus colegas médicos en el hospital, ni los policías se comparecieran de ese adolescente.

Al día siguiente Kaname volvió al hospital, era su día libre, pero quería ver al muchacho.  Le llamo la atención que su ficha clínica no tuviera un nombre.

- ¿Cual es tu nombre? ¿Dónde están tus padres? - Le preguntaba Kaname al joven inconsciente

- Su padre está en la cárcel - dice Kain Akatsuki, un enfermero que entraba a cambiar los sueros

- ¿Lo conoces? Sabes como se llama -

- No, pero ya ha estado aquí en varias oportunidades, doctor Kuran, no sé involucre con este chico, le traerá solo problemas -

- No entiendo - dice Kaname

- Este chico es fruta podrida -

- No puede hablar así de él, es solo un niño inocente -

- Créame, él no tiene nada de inocente - y acercándose al paciente - Es un chico lindo que está solo, ya sé imaginara como usa eso a su favor - 

Kaname seguía mirándolo desconcertado, Akatsuki cambio la bolsa del suero y destapó al paciente par mostrarle su cuerpo desnudo, entonces Kaname pudo apreciar el gran apósito que cubría el área de la incisión, pero también las marcas de manos en las caderas del chico. El médico con una indignación que no era capaz de contener, le quitó la sábana al enfermero y lo cubrió.

- Si ya terminó su trabajo, salga de aquí - ordenó el medico.

Kaname comenzó a visitar al joven tres o cuatro veces en el día,  quería saber cómo se llamaba y si podía ayudarle en algo, saber de su madre, porque por lo que pudo averiguar su padre efectivamente estaba en la cárcel. Pero el cuarto día cuando fue a verlo, el chico ya no estaba.

- Akatsuki - le llamo Kaname

- Diga, doctor Kuran -

- ¿Dónde está el paciente? -

- El chico despertó y se fue -

- Pero aún no estaba bien, fue sometido a cirugía mayor. ¿Quién le dio el alta? -

- El jefe de urgencias. El chico no quería quedarse, no tenía seguro médico y faltaban camas -

- Pero eso no tiene lógica, si no recibe los cuidados adecuados, ese chico podría morir -

- Un problema menos para la sociedad -

Kaname quería golpear a ese hombre insensible, pero se contuvo. Ya buscaría la manera de dar con el jovencito.

Por su parte el joven había abandonado el hospital en compañía de quien había indicado ser su tutor. Kaien Cross, un hombre de mediana edad y dueño de uno de los tantos bares de la ciudad.

- Tú sólo me das problemas, es la tercera vez en el año que tengo que venir a buscarte al hospital - Le gritaba el hombre

- No necesitaba que viniera por mí - responde bruscamente el chico

- Me preocupo por ti, lo sabes -

- Vete a la mierda -

- Mientras tu padre esté en la cárcel, debo cuidar de ti. Lo sabes. Yagari dijo que fueras buen chico, que me obedecieras -

- ¡Pues vete mil veces a la mierda! - grita nuevamente el adolescente

- Te he criado como a un hijo y así me pagas - dice tomándolo desde la nuca tirando sus cabellos - No te pongas así conmigo,  cabrón, me debes todo en esta puta vida -

- Lo sé, te debo mi puta vida - Y saltándose con violencia y mirándolo con odio - Algún día vas a hundirte y allí voy a ser yo el que se regocije -

Una bofetada cruzó la cara del chico, quien respondía a esa agresión con una mirada asesina.

- Sabes que eso no pasará nunca. No eres más que un mugroso mal agradecido, después de todo lo que he hecho por ti y por tu padre. Tal parece que no debería ayudarlos en nada, ni a ti, ni a él  -

- ¡Perdón! Soy un mal agradecido, pero ya no lo seré más. Pero no deje de ayudar a mi papá, si sus conocidos no lo protegen en la cárcel, ellos lo matarán -

El hombre se acercó al jovencito, que estaba pálido de solo pensar en que su padre quedaría sin protección, y dio unas pequeñas palmaditas en el rostro del muchacho.

- Así me gusta, se un buen niño, un niño obediente, Zero -

Inocencia CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora