Las brisa fresca ocasiona que las palmeras bailen de forma lenta y sensual, invitando con sus movimientos a todos los turistas.
Park Jimin, un chico joven que disfruta de la vida y de los hombres. Coqueto, risueño, todo un bombón lleno de sorpresas...
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Jimin
ㅡ¿Crees que este se me vea bien? ㅡpregunté mientras me miraba al espejo.
ㅡMe gusta, pero creo que la camisa está algo holgada, usa una un poco más ajustada y menos larga... como esta. ㅡdijo pasandome una camiseta de color blanco.
Me la puse y me miré al espejo, estéticamente estaba normal, nada fabuloso ni fuera de lo común, pero era del largo perfecto, pues si alzaba los brazos se vería un poco de mi abdomen y ombligo, aparte de que dejaba que se notaran las curvas de mi cintura.
ㅡEsa me gusta más y el short se te ve muy bien. ㅡdijo sonriendoㅡ. Bendita genética que tienes Jimin, te la pasas casi todo el día sentado o acostado, ¿cómo le haces para tener tremendo trasero? ㅡpreguntó haciéndose el enojado pero terminó soltando una risita.
ㅡTuve fé. ㅡbromeé y después de unos minutos más, donde me encargué de ayudarlo igual con su outfit, fue que salimos y bajamos por el elevador.
ㅡTe quitaste los piercings, ¿no? ㅡpreguntó y asentí, debía hacerlo pues quería meterme al mar y no quería que se me perdiera ninguno.
ㅡSí, pero terminando todo me los pondré de nuevo, me los puse para lucirlos. ㅡdije sonriendo y salimos del hotel.
Caminamos por el pequeño caminito armado, que estaba decorado por rocas pequeñas y algunas cuantas flores.
Debía admitir que el lugar era muy lindo, aparte de ello la vista hacia las personas era tremendamente buena. Había muchos chicos lindos, guapos, sexys. De todo tipo.
ㅡAllá hay dos camastros vacíos, vamos. ㅡdije al ver estos y agarré su mano para ir.
Llegamos y dejamos nuestras cosas, agradecía que no había viento, pues podía dejar tranquilamente mi toalla y no preocuparme porque se volara o algo parecido.
Agarré la botella de bloqueador solar y la destapé, puse un poco de este sobre mi mano y cuando tuve la cantidad perfecta comencé a poner de a poco en mi rostro, brazos y piernas.
ㅡ¿Puedes ayudarme con la espalda? ㅡpreguntó TaeHyung mientras se sentaba en el camastro.
Sonreí asintiendo y puse un poco más de la sustancia en mi mano para ponerla después sobre él y pasarla sobre toda el área.
ㅡVaya, señor Kim, es usted tan musculoso y apuesto, ¿no quisiera que le ayudara a hacer otras cosas? ㅡdije en tono coqueto y aguantando una pequeña risa, bromeando.
ㅡNo gracias, no me gustan las zorras. ㅡrió y solté una carcajada.
ㅡQue malo eres, Taetae. ㅡdije haciendo un puchero y riendo un poco. Este tipo de bromas solíamos hacerlas entre nosotros todo el tiempo, a pesar de que a veces compartíamos uno que otro beso. Para reforzar la amistad, claro está.
ㅡBien, vamos al mar. ㅡdijo parándose, se agachó y agarró con un puño un poco de arena para después echarmela casi en la cara.
ㅡ¡Yah! Me las vas a pagar Kim TaeHyung. ㅡdije al ver que este huía hacia el agua, reí y le perseguí hasta que los dos quedamos cubiertos de esta.
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Pequeños chasquidos se escuchaban en aquel pasillo, respiraciones un poco agitadas y cuerpos apresados uno entre el otro.
La chica disfrutaba tanto de estar entre el musculoso cuerpo de aquel coreano que la besaba con tanta experiencia, siendo un maestro de la lengua.
Para YoonGi era una boca más en la que dejaría un recuerdo, porque él sabía lo que causaba en las personas, sobre todo en chicas desesperadas como con la que estaba tratando.
Sus lenguas se movían con cierto desespero, las manos de la fémina vagaban por los bíceps del alfa, sintiendo en cada movimiento el trabajado cuerpo del que ahora iba a poder gozar, o al menos eso creía ella.
Las grandes manos apresaron más la cintura de la Venezolana, comenzando un pequeño vaivén haciendo que las intimidades de ambos se rozaran.
Se escuchó el primer gemido proveniente de la mujer, que se encendió al sentir la gran polla debajo de esos short playeros.
ㅡ¿Por qué no vamos a mi habitación? Guapo, allí podemos terminar esto. ㅡdijo en tono seductor pero sin poder esconder la desesperación que sentía por ser tomada.
YoonGi sonrió de lado y negó, dejó un beso húmedo en el cuello de esta y se acercó a su oído.
ㅡNo tengo mucho tiempo, linda, ¿por qué no mejor lo dejamos para después? ㅡhabló seductoramente, pero en realidad quería irse ya, buscar algo más difícil, algo, porque para Min estas cosas no eran nada.
Se separó y guiñó un ojo, para después caminar e irse de allí, dejando a una chica mojada y ganando una boca más para su colección.
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