segundo paso; dulces

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(❍ᴥ❍ʋ)

» Preparar unos ricos dulces «

SungHoon entró a la cocina y sacó su celular para marcar un número. Sonó tres veces hasta que por fin contestaron.

Jay aquí, ¿allá quién?.

—Necesito un favor —dijo directo.

¡Alto ahí flash! ¿Ni un saludo das? Hola Jay, ¿Cómo has estado? Oh, yo muy bien, gracias por preguntar.

SungHoon rió por el tono sarcástico de su amigo.

—Lo siento —se disculpó entre risas.

Como sea, ¿Qué es lo que quieres?

Fue entonces cuando perdió su sonrisa y se puso serio.

—Bueno, JungWon no despertó de buen humor hoy. Quería pedirte la receta de tus galletas para subirle el ánimo.

¿JungWonie? ¿Todo está bien con él?

SungHoon suspiró.

—No quiere decirme la razón por la que está triste, al menos por ahora. Dijo que no era nada pero igual...

Tranquilo Romeo, no tienes que pedirlo dos veces. Escucha bien que no te lo voy a repetir dos veces.

SungHoon le pidió un momento, entonces corrió hasta su habitación y buscó un pedazo de papel y algo con lo que escribir. Jay empezó a contarle los pasos con sumo detalle para que no se perdiera, tenía muy en claro que el pelinegro no era experto en el campo. Como un buen alumno, SungHoon escuchó cada una de las indicaciones de su amigo, también se aseguró de prometerle que no haría ningún desastre, que no quemara la cocina y que no se lastimara.

—Muchas gracias Jay-ssi, eres mi salvador —dijo con sinceridad, dejando de lado sus anotaciones—. Le das mis saludos a HeeSeung Hyung.

Jay se despidió de él. Cuando llamada se cortó se puso manos a la obra una vez se aseguró que contaba con todos los ingredientes necesarios. Tenía suerte que a JungWon le gustara preparar cosas dulces, siempre hacía que SungHoon las probara y en su opinión, todo lo que hacía le quedaba expetacular. Se sentía muy bien ser él quien le preparara algo a su amorcito.

Su experiencia con el horno era poca, por no decir nula, y aunque había probado la masa de galletas y ésta supiese bien, el problema estaba en que se cocinaran bien.

Pero no se iba a desanimar por esto, no señor. El poder del amor conquistaba todo.

Así que después de invocar el rostro de su novio en su mente, metió la bandeja de galletas en el horno. Limpió el desastre que había hecho y se sentó frente a la cocina a esperar que las galletas estuvieran listas, temiendo que estas se pudieran quemar.

Pero era una tarea demasiado aburrida, así que puso una alarma y fue con su novio quien veía una serie en la televisión. En cuanto llegó, JungWon no tardó en apresarlo en un abrazo de oso. Apenas si se pudo parar para revisar que la cocina no estuviese llena de humo.

Para su gran suerte, logró sacar las galletas sin que nadie sufriera un accidente.

Bueno...

Quizás las galletas hayan quedado un tantis diferentes. No eran exactamente redondas, más bien, tenían todo tipo de formas, pero a pesar de ello, sabían muy bien. Y para SungHoon que nunca en su vida había preparado unas, era algo perfecto.

Amor~ —se asomó en la sala con un plato de galletas y también leche caliente.

—Sabía que estabas haciendo galletas, reconocería ese olor en cualquier parte —respondió estirando los brazos en su dirección.

SungHoon fue testigo de como tomó una que tenía forma de... ¿Una mancha? Uh, no era bueno en estas cosas. JungWon mordió aquella mancha e hizo un sonido de satisfacción. Se apoyó en su novio y empezó a frotar su nariz contra su cuello.

—Quedaron riquísimas, Hoonie —dijo con la boca llena mientras seguía comiendo más—. Muchas gracias.

Aún no había conseguido su sonrisa, pero al menos se alegraba de que sus galletas le hayan gustado. Lo abrazó mientras también comía, sino, JungWon acabaría con el plato él solo.

Segundo paso, completado.

♡ sad ; sungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora