«"La paternidad es como la droga, weyes todos demacrados te dicen que es lo mejor y que deberías hacerlo tú también"»
Sirius negó ante las alocadas palabras del amor de su vida, debía estar drogado y bajo un imperius. ¡No podía ser cierto! Se cruzó de brazos y negó frenéticamente, creyendo que el castaño se había vuelto loco.
- Amor, por favor. - Suplico Remus pasándose una mano por el rostro, agotado. - Solo serán dos horas, no más ni menos.
- No dejare que hagas eso, Remus. - Mascullo irritado.
- ¡Es su abuela!
- ¡Y es mi madre, me trató de la verga!
- ¿Qué te dije de ese lenguaje, Sirius? - Retó el licántropo. - Si la primera palabra de Phoenix es una grosería despídete de dormir conmigo por lo menos tres años.
Abrió los ojos asustado pero en esos momentos le daba igual, él no dejaría que su pequeña niña estuviera bajo el cuidado de la desquiciada de su madre. Pero tampoco podía hacer mucho, la expresión cansada y las grandes ojeras del brujo le daban a entender que enserio ocupaba esas dos horas. Lily no podía ayudar, estaba encerrada y oculta en su casa, James en la misma y Peter... Bueno, él no serviría para eso.
Aparte de idiota era una rata traidora.
Y los únicos que estaban libres -Y dispuestos- eran las serpientes de sus familiares. ¿Y él? Bueno, ya había pedido demasiados días y hoy debía ir a una misión importante así que si o si tenía que ir.
- Sirius, confía en mí. - Pidió Remus con voz cansada, sonriendo débilmente. - No dejaría a Phoenix en un lugar donde podrían lastimarla.
- ¿Confías en ellos? - El asentimiento del contrario le hizo rendirse. No podía decirle no a él. - Está bien, puedes ir a dejarla con Walburga pero revisa como la envías y...
- Cariño, todo estará bien. Siempre tendré un as bajo la manga cuando se trata de nuestra hija. - Aseguro.
Eso fue suficiente para calmarlo, Remus era una persona amable y tranquila pero era infalible cuando quería proteger a los suyos, en una ocasión había pasado más de treinta horas despierto solo para cuidarlo. Si así fue con él cuando eran amigos, ¿Cómo sería como padre?
Aterrador, solo podía imaginar esa palabra. Sonrió mucho más tranquilo y extendió los brazos buscando un abrazo, el castaño contuvo la risa y se acercó, lo envolvió rápidamente. Sin duda esto era una imagen enternecedora, Sirius abrazaba a Remus y este a su vez a Phoenix. Adorables.
[...]
Remus guardó silencio mientras veía como el elfo doméstico asentía y daba vuelta, alejándose. Temió meterse, si bien su relación con la familia Black había mejorado eso no significaba que no se sintiera alerta pero tristemente ese no era el caso de su hija. La menor adoraba a sus abuelos y sorprendentemente ellos también la adoraban, así que era bien recibido.
Unos tacones resonaron y eso lo alertó, despegó la mirada del vestido ligeramente arrugado de la menor y sonrió nerviosamente hacia la mujer. Walburga caminaba firme, suave y elegante, pero también prepotente y aunque no quisiera a veces le recordaba mucho a Sirius. Ambos se movían como si el mundo les debiera todo.
- ¡Fénix! - Exclamó alegremente la mujer sonriendo, Phoenix rió y extendió los bracitos buscando a la abuela. - ¿Puedo?
- Claro que si, señora Black. - Respondió.
La mayor cargo con cuidado a la niña quien estaba demasiado alegre, cambio el cabello a negro y de la nada le mordió el mentón, como si quisiera dejar alguna marca. Hizo una mueca asustado pero la débil risa de la azabache le dió a entender que no le causaba enojo. Walburga alzó una ceja y se movió hacia un lado, dándole a entender que podía pasar.
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Las aventuras de la familia Black-Lupin
Fanfiction¿Sirius, el alma libre, se casó? Pues si, lo hizo y nada más y menos que con Remus Lupin, el que fue solo su amigo durante años. ¿Cómo será su vida ahora?