Capítulo 2. Primer hijo.

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«Ojitos grises»

Sin duda para Remus fue un asombro ver que no era el primer matrimonio de dos hombres entre los Black, al parecer solo eran prejuicios entre el estatus de sangre y si eres una bestia como él lo es, pero no había problema alguno si eres hombre o mu...

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Sin duda para Remus fue un asombro ver que no era el primer matrimonio de dos hombres entre los Black, al parecer solo eran prejuicios entre el estatus de sangre y si eres una bestia como él lo es, pero no había problema alguno si eres hombre o mujer, al parecer las orientaciones sexuales estaban en un segundo termino. Pero aun asi no espero que podrían ser padres, la familia Black era una total caja de sorpresas.

Pueden ser padres, mi familia ha pasado una poción desde hace generaciones que hace que parejas del mismo sexo sean padres y asi no terminar la línea Black.

Le había dicho Regulus en una visita casual y eso le había echo tener esperanzas, sabia que su esposo quería tener hijos y él no había podido dárselos pero solo una cosa lo aterraba y era su licantropía, ¿Y si sus hijos nacían como él? Sabia que Sirius no los rechazaría, los amaría con todo su ser pero el castaño mejor que nadie sabia que era sentirse diferente, que todos te vieran con horror o preocupación por tus cicatrices.

Al final habían charlado sobre eso, de primero Sirius se negó y eso le había dolido pero cuando este le explico su punto, se enterneció demasiado, el varón Black solo estaba asustado de los efectos secundarios, su familia era conocida por siempre estar involucrados por la magia oscura y temía que algo malo le pasara. Lo calmo y le aseguro que estaría bien. Al final lo hicieron, Remus tomo la poción y siguieron sus días normales hasta que el castaño dio indicios de estar embarazado, de primero no lo creyeron, podría haber comido algo que no cayo bien a su estomago.

Pero al final no pudieron evitar ilusionarse, asi que fueron con un medimago que alegremente les dio la noticia de que serian padres, sin duda eso les lleno de alegría y para su felicidad, también a los demás familiares, Orión parecía más alegre que los propios padres y no pudo evitar comenzar a gastar a lo bestia por su nieto, Walburga se esforzó e hizo trajecitos a mano y pregunto que sino querían algunos gorritos que usaba de bebe Sirius —Esos termino peleándolos James—, Regulus alego que él esperaría a que el bebé naciera y mimarlo en exceso.

[...]

El castaño vertió café en la taza, eran alrededor de las tres am y no podia dormir, su abultado vientre de casi nueve meses era un poco caótico, su bebé se movía en exceso como si algo le molestara o desagradara, asi que estaba despierto ahora. Cuando el pequeño —O pequeña— volvió a removerse soltó un suspiro y un quejido, sobándose el abultado vientre y prefiriendo beber café, si el bebé seguía moviéndose de esa manera iría a despertar a Sirius ya que él no lo hizo solo.

[...]

Sirius estaba profundamente dormido, solía ser despertado en las madrugadas por los antojos de Remus o por misiones de los autores, asi que cuando sintió unas manos posarse en él y ser removido con cierta fuerza, abrió los ojos y se enderezo de go...

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Sirius estaba profundamente dormido, solía ser despertado en las madrugadas por los antojos de Remus o por misiones de los autores, asi que cuando sintió unas manos posarse en él y ser removido con cierta fuerza, abrió los ojos y se enderezo de golpe, un poco asustado en el proceso. Frente a él estaba Remus encorvado hacia el frente con una mano posada sobre su vientre y una mueca de dolor surcando su rostro, al estar aun medio dormido su cerebro no puede procesar todo de manera correcta hasta que su cerebro le dice No jodas, Sirius, Remus esta sufriendo” y eso es suficiente para que su cerebro le haga reaccionar.

Se levanta de golpe y comienza a revisar a su esposo con desesperación hasta que este lo sujeta de la mano con fuerza.

– Canuto, para. – Gruñe Remus. – Ve y busca las cosas, estoy en labor de parto.

– ¿Qué? – Abrió los ojos. – Por Merlín, ya voy.

A pasos torpes fue hacia el closet donde tenia una maleta con ropa y la saco, agarro la maleta para después dirigirse hacia su esposo y dejar que este se sujetará del brazo, salieron de la habitación con cuidado y bajaron las escaleras aun más cuidadoso. Sin duda debería apresurarse a ir al hospital.

[...]

El primogénito de los Black se movía por la sala con desesperación, pasándose las manos por el cabello y sintiéndose nervioso, hacia dos horas Remus entro en labor de parto y no le habían dado noticias, sus padres habían ido de apoyo” pero no decían nada ya que solo lo veían en silencio, Regulus le había lanzado una piedra —Sacada de quien merlín sabe— para callarlo pero Severus parecía demasiado divertido por el caos generado.

Lily y James pedían disculpas por Colagusano, ya que este no podia venir ya que tenia cosas que hacer muy importantes, cuando pregunto que eso importanteresulto ser una cita. Marlene llego casi cayendo en el proceso, no quería perderse el parto.

– Sirius, deja de moverte como idiota. – Dijo desesperado James. – Me estas alterando a mi.

Sirius se detuvo y miro mal a su amigo.

– James, mi esposo esta ahí dentro, solo y teniendo a mi hijo, claro que estaré desesperado.

– Cuando tu naciste tardaste de tres a cuatro horas. – Comento Orión.

– Claro, échenme la culpa de que mi hijo tarde en nacer. – Se quejo.

– Pues yo tarde máximo una hora... – Mascullo Regulus burlón.

Sirius miro mal a su hermano pero no dijo nada o al menos no pudo, ya que Lily lo sostuvo de brazo y lo obligo a sentarse, se hubiera levantado y seguido moviéndose pero ser amigo de la pelirroja le había enseñado que podia ser muy peligrosa, aparte de que quería cargar a su hijo sin sentir dolor.

[...]

Remus paso dos dolorosas horas, su bebé subía y bajaba cada rato, haciendo lento la dilatación, su cuerpo de la cintura para abajo se había amoldado para concebirlo y parirlo. Cuando se creyo buen momento de hacerle una cesaría la dilatación llego a diez y no volvió a subir al bebé, asi que el parto después fue demasiado sencillo.

El medimago entrego al pequeño sin rastro de sangre o placenta, envuelto en una sabana azul delgada, al tener a su bebé en brazos sonrió demasiado alegre.

– Es una niña, Señor Black. – Dijo el doctor con una sonrisa.

No dijo nada, solo veía e pequeño y suave rostro de su bebé, Sirius entro a la habitación y sonrió a ver a su esposo con el bebé en brazos. El castaño extendió la mano hacia Canuto para que se acercara, asi lo hizo pero con desconfianza, temía que si se acercaba podría dañar al bebé.

– Es una niña, Sirius.

– Oh, nuestra princesa.

Murmuro el joven Black, la pequeña se removió en los brazos del licántropo y abrió los ojos, el par de hombres sintieron sus corazones derretirse, unos brillantes e hermosos ojos grises se mostraron ante ellos mientras que la pequeña seguía removiéndose, como sino estuviera cómoda. La sabana se abrió y dejo de cubrir a la bebé lo cual genero que ambos se miraran.

– ¿Lo hiciste tu, Lunático?

– No.

– Aww, nuestra princesa acaba de tener su primer estallido de magia.

En ese momento Remus no puede creer que este teniendo todo lo que nunca creyo, jamás espero casarse o tener hijos, mucho menos ser feliz pero sin duda Hogwarts era un lugar especial y no solo un centro de sabiduría, sino que permite a que gente como él —Con inseguridades y demás cosas— tener amigos y una familia. Sirius rodea a su esposo y le besa la frente, demasiado feliz por su familia. Deberían compartir este momento con sus amigos pero prefieren esperar, tomarse un momento para ellos y solo ellos, nadie más.

Las aventuras de la familia Black-LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora