Crim, un huérfano que vive en los barrios bajos de un mundo donde cada individuo tiene habilidades únicas.
Él no confía en "Los Vigilantes"; una organización para ayudar a las personas con los problemas de la sociedad y el crimen.
El destino de Crim...
Este día se denomina de mala suerte según las creencias de la mayoría de personas, aunque solo es una leyenda urbana.
Llega el mediodía y Crim come en una mesa del restaurante de siempre... Solo...
Mientras come su lasagna, toca un corte que se hizo durante la batalla de ayer.
No sabe si fue por la conmoción o el miedo, pero no sintió el corte.
De todas formas, se compró una curita y se la plasmó en la herida.
Aun con esa curita, su rostro solo refleja tristeza, trauma e impotencia.
Puede escuchar como otras personas murmuran en el restaurante sobre los tres cadáveres que se encontraron en un lote baldío.
Ese lote baldío fue el lugar de la batalla del día anterior.
Aunque pudo darle muchos golpes, ninguno les devolverá a sus amigos.
Lo único en lo que piensa es sobre lo que sucedió el día de ayer y sobre su odio a los Vigilantes.
Ni si quiera sabe que pasó con el Vigilante Oveja. Probablemente escapó y jamás regresará al distrito.
Crim termina su comida y se va a casa.
Durante su camino a casa, su mirada miraba el cielo, aunque estuviese el sol del mediodía, Crim aún seguía viendo el cielo.
Es lo único que deja en un estado de paz la mente y el cuerpo de Crim.
Su cuerpo tiene heridas y marcas. Un corte horizontal en su mejilla derecha, marcas de cuerdas en ambos brazos, y un moretón en la misma mejilla del corte.
Su mente está traumada, triste y lleno de odio hacia los Vigilantes.
Ya había tomado un baño, aunque sacarse la sangre de la ropa era complicado, así que tuvo que usar otra ropa.
El día pasa volando y Crim pasó todo el tiempo en su casa acostado viendo el cielo en la parte que está sin techo.
"Necesito avanzar, al menos ya no está ese Vigilante"
De repente escucha a dos hombres hablando en la calle, Crim se asoma por la ventana del segundo piso.
Solo escuchó cuatro palabras "Hay un nuevo Vigilante"
Crim aprieta los dientes con fuerza y decide correr a toda prisa a buscar a darle una paliza a ese nuevo Vigilante.
Corre, corre, corre, corre, corre...
No logra encontrarlo por ninguna parte. Crim se siente exhausto, pronto anochecerá.
"Será mejor dejarlo para otro día"
Crim se rinde en buscar a ese nuevo Vigilante, pero luego escucha una voz desconocida...
"¿Me buscabas? No creí ser tan famoso por estos lugares."
Crim se sorprendió, era el nuevo Vigilante que estaba buscando. Estaba sentado sobre una cerca. Crim voltea a ver al Vigilante.
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El odio de Crim sigue creciendo y decide abrir la boca.
"No dejaré que le hagas algo malo a las personas de este distrito, en dado caso te daré una paliza"
Crim amenaza al nuevo Vigilante. Probablemente fue lo más estúpido que pudo decir al ver su propia condición.
Este Vigilante tiene una complexión robusta, pareciera que de un golpe te tumbaría al piso y todavía dejaría grietas.
Hubo silencio, ninguno de los dos hablaron. Crim esperaba una respuesta y el Vigilante no respondía.
"¿Escuchaste lo que dije? Dije que..."
"Ya, ya, comprendo, pero los Vigilantes no le hacen cosas malas a los civiles"
Esa declaración hizo arder de furia a Crim. De inmediato prepara su puño de fuego hacia el misterioso Vigilante.
Su puño fue detenido por la mano grande del Vigilante, ni si quiera el fuego pareció afectarle.
"Voy a ignorar lo que acabas de hacer, pero supongo que también odias a los Vigilantes"
Con un tono amistoso, el Vigilante le sonríe a Crim.
Crim queda confundido.
"Ups, aún no me he presentado. Disculpa las molestias, mi nombre es Namista Correz, soy el Vigilante Amistoso"
Crim se queda en silencio. No puede creer que "Vigilante" y "Amistoso" estén en la misma oración.
"Veo que te metiste en una pelea, ¿Acaso eres de esos buscapleitos?"
Con tono amistoso Namista le pregunta a Crim. Al parecer notó las heridas que tiene en el cuerpo.
"Esto me lo hizo alguien como tú"
Con tono serio Crim le responde a Namista y lo fulmina con la mirada.
"¿Te refieres a un Vigilante?"
"Si, los de tu calaña no me gustan, de hecho, me gustaría que te largaras de aquí"
La conversación no fluye muy bien, al tener la desconfianza de los Vigilantes, Crim no quiere continuar la conversación.
"Veo que eres un idiota"
"¡¿Qué dijiste?!"
"Dices que un Vigilante te hizo eso, y aun así vas contra otro que posiblemente sea más fuerte al que te enfrentaste"
Namista de forma calmada explica la situación que es coherente.
"Solo estás buscando que te metan otra paliza"
Tras decir esas palabras a Crim, esto hace que pierda la paciencia y le de un golpe de fuego en la cara a Namista.
"No opuso resistencia" pensó Crim. Fue un golpe directo pero al parecer no parece afectarle. Namista agarra su brazo y lo coloca en una posición lejos de su cara. Con una sonrisa se soba su cara.
"Buen golpe"
Crim no puede decir nada. Un golpe con todo su poder no pareció afectarle, solo le provocó un rasguño, no hay ni signos de quemaduras.
"¿Qué?"
"No me extraña que hayas perdido contra el Vigilante Oveja"
Crim retrocede un paso.
"¿Cómo sabes que peleé contra el Vigilante Oveja?"
"Fue el Vigilante que estaba a cargo la semana pasada en este distrito, el Distrito 11."
La revelación hubiera sido impactante de no ser por lo obvio que fue esa respuesta.
"Pero, déjame decirte que el trabajo de los Vigilantes es el proteger a los civiles y personas que no se pueden defender"
"No te creo, el imbécil de ayer asesinó a tres amigos míos. No confío en ti, ni en tu título de "Vigilante Amistoso""
Namista trata de justificar a los Vigilante con serenidad, pero Crim le responde con odio.
"----"
Namista no habla por la declaración de Crim.
"¿Lo ves? No sabes que decir al respec..."
"Un Vigilante no debería hacer eso"
"No debería pero lo hizo, aunque ya no se encuentre aquí, entrenaré para hacerme más fuerte y poder matarlo"
Una pequeña discusión entre ambos llevó al calor del momento. Namista saca un suspiro.
"Gani Farfarox, el Vigilante Oveja. Murió hace un par de horas en una misión de reconocimiento."
Nuevamente, estas palabras fueron llevadas por el viento.
