Prologo

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        El hijo mayor de la familia Hayashida, a quien Banri

conocía solo como «Ani», ya se había ido para cuando él entró

en la preparatoria.

        La Hayashida-san de su clase que se unió al club de

atletismo con él fue Linda, en resumen.

        -En realidad, ese es mi hermano mayor -dijo ella,

señalando hacia adelante con una cara extrañamente amargada.

        Era un voluntario que estaba sustituyendo al entrenador

del club de fútbol que hace sus entrenamientos en el mismo

campo que el club de atletismo.

        Un graduado de la escuela de preparatoria de Banri, y

también un antiguo miembro del club de fútbol, Ani era en

aquellos días un estudiante de tercero en una universidad de la

localidad. Nadie habría esperado que él fuera el hermano mayor

de Linda, pero hasta Banri había oído hablar de él antes. Aquel

entrenador, con voz extrañamente alta, gritaba «¡Vamos Big!»,

y en aquella ocasión parecía estar viéndolo todo.

        Más rápido que el resto, saltó a la polvorienta pista

vestido con un jersey viejo. De pie imponente, estuvo al acecho

mientras el equipo de fútbol, corriendo a paso ligero, se reunía

con él.

        -¡Uvoi!

        Les gritó a todos uno por uno, como si sus voces fueran

relámpagos lanzados por un dios del cielo. Mientras asentía, con

la barbilla hacia atrás y los ojos ardiendo con vehemencia, daba

fuertes palmadas con las palmas de sus manos grandes. Los

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miembros del club le devolvían obedientemente los gritos,

«¡avoi!», el grupo ahora tomaba forma y salía corriendo con más

ligereza de pies que nunca. Había, desde luego, una razón para

que el club de fútbol tuviera una tendencia a tener siempre la voz

ronca.

       En aquel lugar, si había chicas chillando «¡mi chico!»

(fanáticas promedio), había también las que decían «¡mi

pelota!» (las ruidosas), e incluso había las que gritaban

«¡muévete!» (las demoníacas admiradoras del entrenador).

Había incluso unas pocas que parecían haberse encendido los

ánimos para poder simplemente gritar «¡oi! ¡Oi!» (las del tipo

punk).

       Su silueta musculosa era con exactitud la de Donkey

Kong. Todo el cuerpo de Ani provocaba la impresión: su

Golden time Volumen 3: MASCARADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora