CAPÍTULO UNO

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En un bosque solitario a unos cuantos kilómetros apartado de un pequeño pueblo se encontraba un grupo de chicos peleando contra una criatura con una apariencia horrible, un demonio

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En un bosque solitario a unos cuantos kilómetros apartado de un pequeño pueblo se encontraba un grupo de chicos peleando contra una criatura con una apariencia horrible, un demonio. La situación se les empezó a complicar cuando poco a poco dejaban de tener fuerza para blandir su katana, estaban exhaustos, un chico pelirrojo en un momento de debilidad de su contrincante le corto la cabeza dándole fin a su encuentro, al darle una última mirada se dio cuenta que se había empezado a desintegrar logrando soltar un suspiro de alivio.

Lo que ignoraban aquel grupo era que el empezaba un revoloteo por sus alrededores indicando el inicio de un nuevo mañana, alarmando a los presentes

—¡Tanjiro! Tenemos que esconder a Nezuko, el sol esta empezando a salir y podría desintegrar—mencionó aterrado a lo que la chica antes mencionada Nezuko, solo ladio la cabeza con una expresión de confusión absoluta

—¡Tienes razón! Pero ¿En donde la podemos esconder? La caja se rompió al momento que el demonio nos lanzó hacia la colina y queda muy poco tiempo— gritó histérico el de orbes rojas.

—¡Gompachiro! mira ahí podemos esconder a kesuko mientras pasa el sol — apuntó hacía una cueva, y si bien su estado era cuestionable, era lo mejor que pudieron encontrar dadas las circunstancias

—¡Gompachiro! mira ahí podemos esconder a kesuko mientras pasa el sol — apuntó hacía una cueva, y si bien su estado era cuestionable, era lo mejor que pudieron encontrar dadas las circunstancias

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—Nezuko, vamos ay que meternos a descansar— se dirigió hacia su hermana menor para que se metiera, pero por un descuido piso mal y callo por un hoyo

—¡Nezuko!—Dijo el que chico llamado Zenitsu para después aventarse por su amada

—¡Nadie le gana al Inosuke Hashibira!—grito para luego lanzárse a aquel tenebroso hoyo

—Chicos esperen— intento que sus compañeros entraran en razón, sin embargo sus esfuerzos fueron un desperdicio al ver que ya se habían haventado por lo que optó haventarse también

Cuando el pelirojo llego hasta el tope del hoyo, no pudo evitar sorprenderse del magnífico lugar donde estaban

Cuando el pelirojo llego hasta el tope del hoyo, no pudo evitar sorprenderse del magnífico lugar donde estaban

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La Otra Sede-KnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora