Pensando como un Luthor

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La noche no había llegado lo suficientemente pronto para el gusto de la multimillonaria, maniobrar entre el papeleo corporativo y sus escapadas al laboratorio para monitorear los avances en la investigación del Harun-El había sido una misión casi imposible desde que Kara la visitó. Su mente estaba dispersa tratando de entregar soluciones en frentes tan distintos, por lo que cuando la alarma que había programado sonó para avisarle que era hora de marcharse rumbo a la calle Hope, exhaló aliviada.

Cuando arribó al cálido apartamento de la kryptoniana, nunca imaginó una "fiesta de bienvenida." Alex y Kara al parecer llevaban un buen rato juntas, a juzgar por las cajas de pizza y comida para llevar vacías que se apilaban en la mesita de la sala y que alcanzó a divisar por encima del hombro de su mejor amiga, quien la atrapó en un abrazo "rompe huesos" como si llevara años sin verla y no solo unas pocas horas.

—¡Lena! ¡Saliste temprano! — La rubia no pudo evitar cerrar sus ojos y disfrutar del dulce aroma de la pelinegra, su abrazo entorno a aquel delicado cuerpo se estrechó, súbitamente inundada de ternura y gratitud por su presencia, Rao, cuánto quería guardar aquel hermoso ser entre su pecho, —me alegro que estés aquí.

Lena exhaló, ¿o fue tal vez un suspiro? tomada por sorpresa ante la muestra de afecto, se permitió disfrutar un breve instante de la calidez y el cariño que le era ofrecido tan abundantemente. Diablos Lena, tus cajitas emocionales desaparecieron como la yesca ante el fuego vibrante de una hoguera.

—Sí, por fortuna esta tarde no tuve que lidiar con tanta burocracia como de costumbre. —Comentó distraídamente, hundiendo su cabeza entre el hueco del cuello de Kara. —Traje vino, pero veo que ustedes ya se adelantaron. —Añadió con picaría y elevando un poco el tono de su voz para que Alex la oyera.

Solo entonces Kara rompió el abrazo y el sonrojo le tiñó el rostro y el cuello. —Oh... eso no es cierto, Alex estaba esperando por ti, yo sólo tenía hambre cuando llegué, ya sabes, súper metabolismo. —En un solo gesto cerró la puerta y guió a Lena hacia la sala, a la vez que le recibió las botellas permitiéndole quitarse el abrigo y dejar su bolso en el perchero.

Mientras Lena esperaba junto a la isla de la cocina, vio con asombro cómo Kara usó su aliento helado para enfriar las botellas de vino en su mano izquierda, mientras en la derecha sostenía un par de copas de cristal, y con la misma normalidad de estar en casa, Kara se dirigió hacia la sala para entregarle a Alex una de las copas. Era la primera vez que Lena la veía usar abierta e inadvertidamente sus poderes en medio de circunstancias tan domésticas y de repente un nudo se arrebujó en su garganta. Kara realmente confiaba en ella, Kara se sentía tan cómoda a su alrededor que no necesitaba usar máscaras en su presencia, y tal muestra de confianza la abrumó, sin embargo, logró componerse lo suficiente como para responder al saludo de Alex, quien la miraba atentamente desde su cómodo puesto en el sofá.

—Qué bueno verte de buen humor, Luthor

—Buenas noches para ti también, Alex.

—No sabes cuánto me alegro que por fin estés aquí, al menos así la tonta de mi hermana deja de marearme con lo grandiosa que es Lena Luthor, Lena, Lena, Lena... — dijo en una burlona imitación de la rubia, a lo que Kara respondió lanzándole un cojín a la cabeza.

—¡Alex! ¡Eso no es cierto! ¡Y yo no hablo así!!

Lena apenas sonreía encantada de la situación, era divertido ver la interacción de ambas hermanas, así que decidió añadir algo de picante a la situación y con su voz más seductora dijo:

—Oh, Kara, cariño, no tienes que defenderte, sé perfectamente cómo hablas.

Aquellas simples palabras fueron suficientes para que Kara se quedara boqueando como un pez fuera del agua, sus ojos abiertos como platos y su rostro hacía palidecer a su capa.

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⏰ Última actualización: May 02, 2022 ⏰

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