Me gusta dormir con pijamas holgados, sin nada debajo más que mi polla. Es solo un mero capricho. Y pese a que no son apretados, cuando me caliento puedes ver los bordes de mi miembro endureciéndose a la perfección. Disfruto tocarlo sobre la tela, haciendo que sea más vistozo.
Quizás te gustaría verlo.
Quizás te gustaría sentirlo rozar tu culo por la mañana.
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Pensamientos de la segunda cabeza.
Poesía-Cosas que suelo pensar cuando aquella parte que te gusta comer está dura.