• Ladrón mío • [Rodydeku]

Capítulo 1

Izuku es un aventurero que iba de aldea en aldea. Ahora mismo estaba en la aldea 'Yuuei'. Era una aldea con variados seres, desde Katsuki: el rey de los dragones, hasta Eijiro: Semi-dragon.
Los caballeros como Shōto y Tenya tampoco faltaban, y muchos más variados también.

Pero esta historia no se basará en ninguno de estos, sino en un bandido de la zona baja de la aldea. Soul, Rody Soul. La mayoría por el lugar conocía su aspecto y apariencia, era un bandido algo buscado junto con Toga, Dabi y Tomura -entre otros menos conocidos-.
Pese que algunos actuaban en grupos como los tres ya mencionados, Rody prefería actuar en solitario, no dañaba a nadie al contrario que los otros grupos, este se dedicaba a robar cosas, buscando sustento para Roro y Lala, sus dos hermanos.

Izuku era nuevo en este lugar, desconocía completamente sobre este chico ya que estaba de paso, aunque había de decir que muchas veces venía a esta aldea, ya que tenía muchos amigos en este lugar y era un sitio agradable dónde quedarse, aunque de igual forma, no se enteraba mucho de estas cosas.

Nuestro pequeño aventurero traía todos los apuntes sobre las distintas aldeas que visitó y los habitantes de cada una, en una libretita que guardaba en su bolsa, junto con algunas frutas y poco más.

El peliverde estaba deambulando por la aldea, buscaba a una de sus amigas, Ochako Uraraka, una hechicera reconocida en este lugar. Pero, no parecía encontrarla, no daba con su paradero.
Finalmente y luego de dos horas había terminado por rendirse, recostandose en un árbol y suspirando cansado.

Porque no encontraba a su amiga? Bueno, quizá más tarde seguiría buscando.. estaba algo cansado mas unas crías de dragón estaban ahora jugueteando con él, y claramente izuku con ellos.
Realmente amaba a estos pequeños animales, y si conseguía la aprobación del rey de los dragones, Katsuki Bakugou, podría llevarse una de las pequeñas crías en sus viajes!

Él sin duda ya tenía pensado cual se llevaría si le dejaban, era una pequeña cría del color de sus ojos, juguetona y que se la pasaba la mayor parte del tiempo mordisqueando sus dedos. Era una pequeña realmente tierna.

Cuando el hambre llegó, sacó una manzana de su bolsa, dejando que la pequeña cría diera un bocado a esta para luego comenzar a comerla él.
No mucho más tarde debería regresar a su búsqueda de su amiga, debía pedirle un favor y no tardaría mucho en marcharse -o eso creía-.

Pasaron unos pocos minutos y finalmente el menor se decantó por volver a su búsqueda, dejando que las crías se subieran al árbol donde antes estaban y levantándose, sacudió un poco sus pantalones y suspiró, caminando nuevamente a la choza donde la chica vivía, si tenía suerte ahora estaría, no como antes.

Poco caminar después, cayó al suelo por un golpe, había chocado de frente con alguien cual no podía reconocer. Se levantó cuando pudo, inclinándose un poco mientras musitaba una disculpa, pero para cuando quiso darse cuenta, no había nadie con el que haber chocado. Se extrañó un poco al ver únicamente un par de plumas rosas en el piso, ladeó la cabeza pensando que quizá se chocó con algún ave. Pero, al ver que su bolsa ya no estaba colgada de su cuello se dio cuenta que no, que el choque fue adrede y ahora le habían robado su bolsa.

Llevaba como el decía: toda su vida, ahí dentro.
No podía dejar que alguien se hubiera llevado su bolsa! Eran sus apuntes de años y años, más el resto de cosas que había dentro. Rápidamente volteó hacia los lados, tratando de encontrar al ladrón de aquella bolsa, pero fue imposible, ya no estaba en los alrededores..
Debería encontrarle antes de marcharse! Y eso era...
¿¡En dos días!?