Capitulo uno:

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¡No quiero ir con ustedes! –Grito el pequeño niño con lágrimas corriendo por su rostro.-

¡Tu madre murió, Harry! No tienes ni un padre ni una familia con quien estar, tu madre jamás quiso hablarnos sobre su familia, hasta que no encontremos a algún familiar que quiera hacerse cargo de ti, tendrás que quedarte en un orfanato. –Un hombre alto y canoso, quizás alrededor de los 50 años, trataba de hacer entrar en razón al niño sentado frente a el.-

Ya no llores pequeño, todo saldrá bien, no te preocupes. Un orfanato no es tan malo como suena, seguramente una linda familia querrá adoptarte. –Las palabras de aliento de una joven muchacha de rizos rubios, tratando de subirle el ánimo al niño junto a ella.-

¿Quién rayos querría adoptar a un niño con Sida? –El niño dio un golpe contra la mesa y se paró, rompiéndose aun en llanto, mientras las lágrimas no paraban de inundar sus ojos, corriendo por sus mejillas cada vez más potentes. La mujer no pudo resistir a las palabras del niño y unas lágrimas salieron de sus ojos, dio unos pasos hacia atrás y salió de la habitación.-

Harry era un niño de tan solo nueve años entonces, su madre había sido una buena mujer cuando Harry nació, pero a los tres años su padre se marchó sin siquiera decir adiós, sin dejar una nota. Ante esta noticia, la mujer había caído en una terrible depresión, por lo que se mudó muy lejos de allí con su pequeño niño. Comenzó a consumir drogas, no tenía empleo, robaba o se prostituía para poder obtenerlo, hasta había prostituido a su pequeño un par de veces, teniendo tan solo 6 años. Harry, tenía una vida difícil, tras una de esas prostituciones, le traspasaron un virus llamado VIH (sida). Había tenido que madurar de muy pequeño, recién a los 8 años se enteró de su enfermedad, gracias a una asistenta social que había ido a casa de la señora Cox a verificar porqué Harry no asistía a clases, él le había contado que se sentía muy mal y la mujer pago por los estudios del pequeño, luego de mucho tiempo, el comunicado llego a él. A pesar de todo, Harry era muy inteligente, pasaba días leyendo libros o enciclopedias que encontraba en el viejo departamento donde vivían, el no asistía a clases porque sus compañeros lo molestaban por su ropa, porque tenía olor, por su madre, y sobre todo por su enfermedad. Luego de un año, su madre murió a causa de un exceso de drogas,  por lo que el pequeño Harry fue llevado a un orfanato cercano, paso menos de un año en ese lugar y luego fue transferido a otro, y asi, hasta que cumplió los doce años. La asistenta social y el estado que estaban a cargo de él, aún no habían encontrado nada que ayudara a saber sobre familia de Harry, aunque él le había agarrado tanto odio a su madre, que no quería saber nada sobre la familia que ella llevaba escondida en su frio pasado.

  

(…)

Muy bien Cox, cuéntenos quien es y porque está aquí. –La voz de un hombre algo obeso, de una edad cercana a 40 años se hoyo.-

Soy Harry Cox, tengo doce años, tengo sida y mi madre murió a causa de drogas. Este es el quinto orfanato en el que estoy, pues en los otros me molestaban y peleaba mucho con los demás chicos, por esa razón mis cambios rotarnos de lugares, realmente este es el orfanato más tranquilo en el que estuve, me gusta más estar aquí que en otros y espero quedarme por un tiempo más. –Dijo el pequeño niño, parándose de su asiento, mientas sus compañeros lo observaban con atención, algunos le regalaron unas sonrisas de aliento y otros solo quedaron callados. 

Era un orfanato algo especial en el que Harry se encontraba entonces, la mayoría de los compañeros de Harry estaban enfermos o tenían problemas psicológicos, además de que no tenían padres o habían sido abandonados, por esa razón todos trataban de transmitirse apoyo entre si y era algo que a Harry le gustaba aunque solo hacía tres meses que estaba allí. Se había hecho una amiga llamada Bárbara, una niña de doce años y medio, quien tenía un padre drogadicto y su madre había muerto por cáncer hacía ya un par de años, ella realmente había preferido estar en ese lugar antes que con su padre, el cual había abusado de ella más de una vez. Era una niña bastante agradable, era muy bella tanto físicamente como en todos sus aspectos. Con Harry se llevaban muy bien ya que ambos tenían una forma muy parecida de pensar. Hacían todo juntos, se habían conocido porque Ella había invitado a Harry a jugar con ella y aunque se negó, ella nunca dejo de insistir e intentar de acercarse a él, al parecer había visto algo interesante en él.

Luego de que algunos niños terminaron de presentarse, el profesor dio unas hojas para que los niños completaran. La escuela que tenían era en el mismo orfanato, realmente era un lugar grande y les daban una buena educación tal como a Harry quiso tener siempre. Era una clase nueva con un psicólogo, a Bárbara le agradaba mucho la clase tal como a sus compañeros, porque podía hablar con total libertad, aunque Harry no pensaba lo mismo, no confiaba en nadie que no fuese su amiga y el mismo.

La clase termino, y todos los niños salieron del “salón”, ya era bastante tarde y Harry junto a bárbara fueron a la habitación de ellos, donde se colocaron a jugar con algunos pocos juguetes que tenían. Rara vez jugaban afuera o corrían, ya que Harry debido a su enfermedad era algo que le costaba y por esa razón se la pasaba triste, su amiga no hacia esas cosas por causa de él y eso le hacía sentirse un peso para ella, aunque vivía diciéndole que lo dejase y fuera a divertirse, ella no lo hacía, permanecía con él en todo momento posible.

¡Llego la hora de dormir! –Una mujer morocha y algo anciana se asomó por la puerta con una enorme sonrisa. Los niños se levantaron y le dieron un abrazo, era una de las mujeres que había fundado el lugar, siempre estaba allí dándole amor a cada niño, era como la madre de todos y por eso todos la querían tanto.- 

Buenas noches, Rosa –dijo Bárbara dándole un beso a la mujer, y se fue a el baño para colocarse la pijama y meterse a la cama. Harry solo le dedico una sonrisa al separarse de su cuerpo, y se fue directo a la cama. Rosa se acercó a la cama de cada niño y los arropó, mientras los demás compañeros de habitación iban entrando para poder dormir en sus camas.-

Mañana vendrán familias a ver niños para adoptar, los quiero a todos bien lindos y arreglados, ¿Okay? Buenas noches. –Susurro la señora y apago la luz, desapareciendo en la oscuridad de la noche por el largo pasillo del lugar.-

Bárbara.. –La voz del pequeño Harry soltó un suspiro con el nombre de su amiga, mientras se colocaba de lado para buscarla con la mirada y la poca luz que se hacía presente en el lugar, la cual entraba por la ventana de la alcoba.-

¿Qué sucede? –Dijo la niña, prestando atención a su amigo, quien se oía con la voz bastante melancólica y quebrada.-

Si alguien quiere adoptarte, ¿no me dejaras solo aquí cierto? –Susurro el niño de rizos, mientras se acobijaba bien en su cama, tragando en seco esperando la respuesta de su amiga.-

Claro que no Hazz, como crees. Además quien querría adoptar a una traviesa como yo –susurro la niña soltando una tierna risa.- Ya duerme bobo, nada pasara, nunca voy a dejarte, tu y yo estaremos juntos siempre, ¿Okay? Te quiero. 

También te quiero. –Dijo el niño, mientras aun sus pensamientos carcomían su mente, creía en su amiga, pero de igual manera tenía miedo. Era la única persona que tenía en el mundo, y no quería perderla.- Buenas noches –dijo en un último susurro el niño, y ambos jóvenes cayeron en un profundo sueño, con la espera de un largo día que tendrían en solo unas horas.-

N/A: Bueno esta es mi segunda novela, y tenia planeado hace bastante trabajar en ella. El segundo capitulo aun le faltan unos arreglos, pero en cuanto lo termine aqui lo tendran para leerlo. Espero les guste la historia y la sigan cada vez que actualice. ¡Voten o comenten si les gusto el cap! en mi perfil pueden encontrar mi otra novela, "love brindly" que espero tambien sea de su agrado ¡Gracias por leer! :)

Le remède et le salut.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora