🪖 Parte única ✉️

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"Parece que ya tienes todo listo por aquí, cadete."

ChanYeol levantó la mirada de la maleta que se estaba haciendo para su regreso. Inmediatamente se puso en posición firme al escuchar esas palabras, sobre todo al ver a su General apareciendo en la sala. A la vez, lo saludó al no bajar la mano de su frente sino hasta que se lo indicaran.

"Señor," inclinó también la cabeza, por respeto, como le habían enseñado.

Su General rio sin contestarle el saludo y se acercó hasta él al tenerlo aún en la misma posición. ChanYeol no era estúpido, podría estar fuera de horas de trabajo y estaba acabando por esta vez, así como era un soldado con gran experiencia, pero esa misma experiencia le decía que nunca debía bajar la guardia. No hasta que realmente se lo ordenaran.

Sin importar cómo el General Kim siempre lo llamara por cadete por la familiaridad que había entre ellos luego de años. Esos tiempos en la academia militar se habían acabado, él ya no era solo un estudiante más—un cadete—, era un soldado y poco más, y aunque había años que les daban tranquilidad al tratar su relación amistosa, con el tiempo había aprendido bien cuándo podía corresponderla.

El General Kim (o Kim JunMyeon, si buscaba ser más preciso) valoraba eso de él. Quizá esa era la razón por la que lo veía con tan buenos ojos y dejaba que a veces lo tuteara. Lo habían ascendido a cabo en un corto periodo de tiempo, y a la vez esperaban más. Evidentemente ya debía demostrar el agrado que tenían con él por eso.

ChanYeol ya no era un cadete desde hacía años. Solo su General lo llamaba de esa forma, a modo de broma o quizá... ¿muestra de cariño?

Tal vez por eso mismo palmeó su hombro al llegar junto a él, y en seguida lo vio tomar asiento en su cama ya tendida, a propósito a un lado de su maleta aún abierta.

"Descansa, ChanYeol, hemos terminado, y hasta donde sé, tú has terminado hasta dentro de otros seis meses," ChanYeol relajó su posición entonces, aún de pie, pero ahora miró hacia su mayor; quien en un simple gesto le indicó que podían tratarse sin formalidades, ya que no había nadie ahí, de cualquier modo. Eso le hizo calmarse mucho más. Este era el momento en el que podía darse el lujo de apreciar esa familiaridad de la que ya hablaba. Solo hasta que su General la concedía. "¿No quieres sentarte un rato para hablar conmigo antes de que te vayas?"

Aceptó, de buena gana, no porque lo considerara una orden, ya que, bien, era cierto, realmente había esperado a que su General apareciera antes de que debiera partir. Al menos porque no lo vería, como dijo, dentro de otros seis meses. Eran sus vacaciones, mismas que debía tomar luego del mismo tiempo transcurrido entre misiones de alto calibre en las que había participado.

Era lo que su puesto de cabo en la milicia surcoreana exigía: ese amplio tiempo de descanso era su recompensa. Eso entraba dentro de las ventajas y desventajas del trabajo que había tomado al servicio de la comunidad. Se podía decir que tenía vacaciones largas, pero también debía cumplir con un servicio extenuante, pesado, de inmenso peligro en algunas ocasiones y que poco le daba tiempo de poder vivir lo que muchas personas podían en su 'normalidad'.

A pesar de eso, ChanYeol no podía decir que se había equivocado de escoger su profesión, él la amaba, y agradecía que tuviera aquellos que lo comprendieran en sus decisiones y lo hubieran apoyado... incluso en los momentos donde se sintió más perdido que nada.

"La verdad es que no puedo creer que todo esto haya acabado," respondió con la calma que de él se esperaba tan pronto se encontró a su lado. Y al seguirle la charla, su General le sonrió, al menos antes de escucharle suspirar sobre otras de sus palabras. "Luego de tanto... por fin, volver a casa."

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