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Minjeong cree que su nueva inspiración es la basquetbolista que conoce.
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Habían pasado cinco días desde que Minjeong había conocido a Karina en la fiesta de graduación de su mejor amiga Aeri quién se había recibido de fisioterapeuta deportivo.
Por lo que supo la chica fue una de las pacientes de Uchinaga. Era basquetbolista callejera y debido a una lesión que ocurrió en uno de los partidos donde una de las adversarias había jugado sucio tumbandola al piso y provocando que se facturara el brazo, fue que dio con Aeri. Que aunque era cierto que aún no era una profesional- al menos en ese momento- se desempeñaba muy bien en su trabajo.
Habían pasado cinco días en los que no podía sacarse de la cabeza a la mujer alta y peli negra. En donde su bloqueo había desaparecido para dar paso a un sinfín de ideas para la canción que tenía pendiente en componer.
Ella era letrista, trabajaba bajo su propio sello discográfico y estaba encargada de escribir lo que sería uno de los EP de el artista más famoso que tenían de momento. Pero tenía este bloqueo que no le permitía volar su imaginación. Hasta ahora que había conocido a la mujer que estaba todo el tiempo en su cabeza de a gratis.
Aunque no había pasado gran cosa ese día, de hecho sólo habían hablado mientras compartían algunos tragos. Minjeong había sentido una conexión con ella y sabía que Karina quería llegar más allá, se notaba la intención de la mujer. Pero ella, por alguna razón que no había logrado entender y aún desconocía, simplemente la rechazó con amabilidad.
Y ahora mismo, sentada en frente de su mejor amiga quién no paraba de hablar y gesticular, se hallaba mirando fijamente hacía el par de mujeres que estaban más cerca de lo habitual conversando.
Su ceño se frunció y torció la boca cuando vio a la más baja sentarse sobre el regazo de la mujer peli negra y darle un abrazo cariñoso.
—¡Oye! —escuchó la queja de Aeri.
Sacudió la cabeza y miró apenada a su mejor amiga. Quién sabe hace cuánto estuvo ignorandola.
—Minjeong, hablo en serio. Si deseas tanto hablar con Rina llámale, por algo te dio su número— tomó su botella y le dio un sorbo— créeme que no te rechazará, ella está esperando por ti porque no es de rogar— rió.