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Minjeong se queda varada y decide llamar por ayuda.
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Minjeong llevaba cerca de media hora parada al lado de su auto esperando la grúa que llegaría a ayudarle a llevarlo hacía el mecánico debido a que se había varado y tampoco pudo irse porque para su mala suerte dejó el bolso dentro. Llevaba media hora maldiciendo su día de mierda, al imbécil de su jefe y a la idiota de su ex novia.
Primero; se despertó tarde, su gato había extraviado las llaves de su apartamento haciendo que se retrasada aún más y su cafetería favorita no había abierto ese día provocando que su estrés aumentara por mil por no tener su café mañanero.
Segundo; al llegar al edificio donde trabaja, el imbécil de su jefe se aprovechó -una vez más- del poder que tiene para, o hacer que por fin aceptara salir con él o ponerle más trabajo con la excusa de que tardó quince minutos más en llegar -todos sabiendo que esto lo hacía más porque era rechazado y no podía "quitarle" lo lesbiana-
Y tercero; la idiota, imbécil y demás sinónimos que expresen el odio que le tiene a su ex novia, le había llamado ese mismo día -después de haberse quedado treinta minutos más como castigo- para decirle que quería de vuelta el gato que las dos habían adoptado, pero al que ella nunca le prestó realmente atención haciendo que Minjeong fuese la única que se encargara de él.
Sí, el segundo peor día de su vida. El primero siendo la vez que se entró a la casa del terror y salió llorando, pero esa es otra historia.
Y ahora, para finalizar el horrendo día, se varó a medio camino de su apartamento arruinando su plan de llegar y pasar el viernes durmiendo hasta que fuese domingo.
Iba a volver a insultar al aire, pero se vio interrumpida por el sonido de un auto acercándose. Levantó la vista y quiso agradecer a todos los ángeles al ver la grúa acercarse a ella.
Sí, estaba agradecida y todo lo que quisiera, pero eso no la detendría para reclamarle a la persona que iba conduciendo, así tenga la cara más hermosa que haya visto alguna vez.
La más linda y la que menos quería ver.
Una mujer pelinegra con el cabello recogido, unos lentes negros de aviador y la sonrisa más encantadora que había visto detuvo el auto cerca de ella, quitándose las gafas para colocarlas sobre su cabeza haciendo que Minjeong pudiese ver un par de ojos cafés muy lindos escanearla de arriba hacia abajo.