¡Soy una Esper!

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Han pasado unos cuantos días desde que Makoto Naegi, el Estudiante Afortunado Definitivo había quedado atrapado junto a otros 14 estudiantes definitivos dentro de la Academia Kibougamine obligados por un oso robot llamado Monokuma a participar en un macabro juego en el que deben asesinar a uno de sus compañeros para poder escapar, entre el resto de estudiantes se encontraba Sayaka Maizono, la Idol Definitiva, quien asistió a la misma secundaria que Naegi, y quien recordaba a pesar de que rara vez interactuaron.

Dentro de la academia, Makoto y Sayaka volvieron a hablar y al ya conocerse de antes, la mayor parte del tiempo la pasan juntos, y a pesar de la situación en la que se encontraban nadie parecia dispuesto a cometer un asesinato, pero las cosas se pusieron tensas cuando Monokuma dio su primer incentivo, el cual consistia en mostrarles a todos un vídeo en el que podian ver a sus familiares y amigos, que luego seria interrumpido por la voz de Monokuma insinuando que algo malo les habia pasado, esto causo miedo y pánico a la mayoria de los alumnos pero aún asi Naegi esta convencido de que ni Maizono ni el resto serían capaces de matar para volver a ver a sus seres queridos.

Naegi se encontraba recostado en su cama mirando al techo cuando de repente se escucharon golpes en la puerta.

—¿Eh? ¿Quién podrá ser a esta hora? —preguntó Makoto en voz alta. Makoto caminó hasta la puerta para abrirla, encontrándose con una Sayaka de pie en el pasillo.

—Lo siento, sé que es muy tarde... —comenzó a decir la chica peliazul.

—¿¡Maizono!? —exclamó Makoto confundido.

Al momento Sayaka entró rápidamente en la habitación de Makoto.

—Maizono ¿Qué haces aquí a estas horas? —Preguntó el chico afortunado definitivo con las cejas alzada. Mientras hablaba, Makoto alcanzó a notar que Sayaka estaba temblando.

—Verás, es que... Ha pasado... Algo raro... —Dijo Maizono con miradas dudosas, incluso se podría decir que histérica.

—¿A-algo raro? —Volvió a preguntar chico castaño algo extrañado.

—Veras... Estaba en mi habitación, tirada en mi cama, de repente comencé a escuchar unos ruidos en la puerta. Parecía que alguien intentaba abrirla. Estaba cerrada, por eso quien lo intentara no podía, pero... la inquietud ha ido de mal en peor. Estaba sentada y no podía hacer nada, tan solo quedarme sentada y esperar —Explicó la Idol entre titubeos y con la mirada fija en el suelo.

—¿Qué pasó después? —Preguntó nuevamente mientras trataba de imaginarse la situación.

—Después de un rato paró. Luego abrí la puerta cuidadosamente y miré a mi alrededor... pero no había nadie —Comentó la peliazul ejemplificando con su lenguaje corporal lo que había hecho.

—''Esa fue una mala idea, quien quiera que fuese pudo sólo esperar afuera a que abriera la puerta y pudo haberle atacado ahí si esas eran sus intenciones''—Pensó Makoto con una mirada hacia el suelo—. ¿Alguien intentó abrir la puerta de tu habitación? ¿Quién pudo ser? —Preguntó con su voz normal.

—No sospecho de nadie... pero aún tengo miedo... ¿Qué pasa si ocurre de nuevo durante el periodo nocturno? —Dijo Sayaka mostrando un claro tono de preocupación en su voz.

—Tranquila Maizono, puedes quedarte aquí —Sugirió Makoto inocentemente.

—Pero tú, yo... los dos sólos en la misma habitación... —Le recordó la Idol levemente sonrojada.

—Descuida, no intentaré nada. Puedo dormir en el suelo y tú en la cama —Sugirió el castaño para ver si con eso lograba calmar los nervios de su amiga.

Cumpliendo una promesa (Naezono)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora