Capítulo 1:

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"Porque incluso las sombras tienen sombras".

EYEDEA.

Capitulo dedicado a Glendys

29 de abril del 2020.

Astrid

Suena la alarma y como de costumbre estiro mi brazo de forma que llegue al despertador. Doy un mínimo golpe en la parte de encima y se detiene esa tortura para mis oidos; creo que hice bien escoger Beggin como alarma, es una canción tan buena que me hace despertar activa. Esta le da inicio a mis días las 365 mañanas del año, y sesenta y seis de ser bisiesto.

En algún momento podría conciderarme hasta un android o un período; siempre hago lo mismo, es algo cíclico. Pero hoy no será así, hoy lo veré. Después de entablar relaciones virtuales de más de un año con Axel, al fin lo veré.

Esos ojos, esos labios delicados con los cuales me dice frases bonitas para dormir...

Es tanto el entusiasmo en mí que me levanto de golpe, caminado directo hacia las ventanas para correr las cortinas corredizas dejando que penetren los rayos del sol, iuminando cada pequeño rincón de oscuridad en mi habitación.

Tarareo una canción horrible que escuché en algún lado pero, para ser sincera, no recuerdo dónde. A veces sufro de pérdida de memoria a corto plazo.

Entro al closet-vestidor tomando la prenda más llamativa que encuentro: un vestido rosa. Mientras me lo coloco suena el teléfono, me apresuro con lo que estoy haciendo, no me gusta dejar que el celular repique solo.

Al tomarlo, veo que es un mensaje suyo. ¿Cómo es posible que con tan solo un "buenos días, bonita", cause tantas cosas en mí? No es algo normal, nunca he sentido algo por alguien, y mucho menos eso de enamorarme. Solo queda esperar, supongo, a ver qué sucede.

Axel

Otra víctima, pero esta será la mayor, la más importante. Cuando la tenga a ella ¿qué más necesitaré? Hacerla sufrir siempre ha sido mi objetivo desde que la ví compartir aquel paraguas con un desconocido solo para que no pescara un refriado.

Pero aún no es el momento, siento que no lo disfrutaré, tengo que convertirla en algo más, necesito que dependa más de mí. Necesito que sea la "Reina perfecta" para el momento de destrozarla, dejando su piel desgarrada con cortes y mordidas profundas.

Después de analizar cada cosa que le haré, me levanto de la cama, tomo el teléfono y le mando un mensaje. ¿Quién no se somete a un hombre cariñoso que demuestra su interés a diario y se mantiene hablando contigo sin desaparecer de un día a otro?

«Buenos días, bonita» le envío. La conozco tan bien que sé donde debo tocarle para que duela, qué decirle para que sienta que me tiene a sus pies.

Hoy, después de un año de comunicación a través de las redes, me verá por primera vez, así que debo asistir lo más decente posible y, si es necesario, llevarla al restaurante más caro de España. Ya es hora, necesito sangre, necesito ver ese líquido preciado por el cual arriesgo mi la vida día tras día. Ya soy tan bueno en esto que se que no voy a fallar, y mucho menos me van a descubrir, pero de igual forma se siente una tensión en el ambiente. Así que voy a buscar una presa para no llegar con estas ansias a ver a "La Reina".

Salgo del departamento y camino hacia el elevador, como ya es costumbre se encuentran mejores presas encerradas en un elevador que en las escaleras sombrías a las cuales todos le tememos. Entro al elevador y fallo, no hay nadie para mangonear a mi antojo. Al llegar a la planta baja salgo en dirección al garage para tomar mi auto y... ¡bingo! Ahí estaba, la encontré. Chicha rubia, mediana estatura, marginada, pálida y sobre todo ojos café oscuros: mi debilidad.

Aquello Que Escondes [Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora