Dejo descansar mis lentes de sol sobre mi cabello y me dedico a disfrutar del hermoso día soleado y las altas temperaturas que nos regala el verano a las tierras sinaloenses. Sin embargo mi paz culmina cuando Ana enciende la bocina con un volumen demasiado alto logrando que canciones de banda resuenen por cada rincón del rancho de Iván.
—Lo que daría yo porque mi madre me ofreciera vacacionar en un lugar como este—Hace un falso puchero pues su madre rechazó la oferta que le dio la alianza Guzmán-Zambada para también brindarle seguridad a mi amiga estando conmigo.
Detrás de ella llega a nosotras una de las empleadas que mamá contrató para mí, al fin alguien tuvo un poco de empatía para conmigo y al menos me ayudaron en eso. La muchacha, que debo ser sincera no es de mi agrado, deja sobre una bandeja los dos cocteles que le pedí hace unos cuarenta minutos.
—Ya era hora plebe ¿No crees?—Ella me da una de esas miradas cargadas de recelo que tanto me molestan y asiente retrocediendo unos pasos.—Pues retirarte, Amanda, gracias.
—Es Samanta—Masculla una vez que se está retirando y Ana no es capaz de creer la osadía de la empleada.
—¡Al cabo que no te lo pregunté!—Alzo mi voz así me oye y por fin mi amiga es capaz de carcajearse.
—Creo que ya entendí porque no te cae.
—Es una metiche—Ruedo mis ojos y me estiro hasta tomar mi vaso para seguir bebiendo como lo hemos estado haciendo desde el medio día.
Dos semanas han pasado desde que prácticamente me obligaron a confinarme aquí y aislarme del mundo, por lo que Ana que no dudó en aceptar mi invitación para agarrar cura cuando le dije, como para no perder la costumbre.
—Sabes, creo que es la primera vez que estoy tanto tiempo sin tener sexo—Ella se ríe a carcajadas de mí y la angustia crece en mi interior.—No te rías pendeja, esto a mí me duele.
—¿Te duele no haber estado con un vato?—Asiento—¿Desde hace cuanto?
—Como tres semanas—Ana vuelve a burlarse de mí por lo que no dudo en tirarle uno de los cojines de los camastros que acaba estampado en su rostro—Me ofrecería a ayudarte pero sabes que no juego en ese equipo.
—Yo en cualquier momento sí—Murmuro tapando mi rostro entre lloriqueos.
—¿Y de qué te sirve? No te creo que lo hagas con la morra esa.
Unas risas que no pertenecen a mi amiga me alertan.
—No me digas que mi hermanita ya se volvió demente en el palacio.
—Es una pinche jaula de oro, no un palacio—Mi disgusto se ve opacado por las burlas de mis tres hermanos mayores y un intruso.
Álvaro es el único que se acerca a mí primero, me saluda y me da un cálido abrazo tras dejar una bolsa de tela sobre una de las mesas, asegurando que me compró mis frutas favoritas.
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Reinventarse y Renacer | Ovidio Guzmán |
FanficR | Es bailar sobre las cenizas de lo que eras y no volverás a ser. _____ Novela de mi total autoría, prohibida su copia y/o adaptación sin mi consentimiento. Sin ánimos de ofender ni provocar. Comenzada:03/01/2022 Terminada:--/--/-- -Egoxentrixa