La elección

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En el reino de metrópolis el Rey Lionel Luthor tenía los dibujos de dos solteros reales a los que su hija podría servir de esposa, su primera opción era el príncipe Arturo Pendragon de Camelot de 28 años y la segunda era la princesa Kara Danvers de Kripton de 28 años.
Por supuesto el rey no era tonto y sabía que unir Metrópolis y Kripton los soldados del segundo reino serían de ayuda estupenda para las guerras que sé vivan y a pesar de que él era quien tomaba la última palabra, dejó que su pequeña hija eligiera entre ambos candidatos

—Arturo parece ser todo un cabello como se muestra en el dibujo... pero confío en que mi matrimonio con Kara Danvers traerá más beneficios a nuestro reinó

—esa es una sabia decisión mi querida Lena

—solo quiero lo mejor para todos y sé que cuando mueras Lex hará un gran trabajó y el mío será traer al heredero siguiente de Kripton

—en ese caso tu madre y tú deben partir ya mismo a Kripton, una vez que estés a salvo en su castillo las tropas se unirán a nosotros para ayudar al reino de Smallville

Dicho aquello la reina Lillian y la princesa Lena se dirigieron a sus aposentos para preparar las cosas ya que sería un camino de no más de unas diez horas en carroza, las doncellas se encargaron de guardar en el baúl todos los vestidos y zapatos favoritos de la princesa algunos de sus vestidos eran más para atraer la atención de la princesa de Kripton a sus mejores atributos.

Una vez el baúl se encontraba sobre la carroza madre e hija abordaron junto a sus doncellas para las primeras cinco horas de camino a las fronteras entre Metrópolis y Kripton, Lillian en todo momento le decía a Lena lo orgullosa que estaba de que fuera a hacer la progenitora del heredero de unos de los reinos más fuertes de toda Inglaterra; en especial le contó aquello diferente que tenían las mujeres de Kripton que con aquello eran dignas de poder engendrar con otra mujer, además de lo que se puede esperar de una noche de bodas, como que ciertos miembros de la familia de Kara y algunos empleados tuvieran que ser testigos de que ambas mujeres se entregarán para así evitar la anulación del matrimonio y tener que regresar a Metrópolis decepcionado al reino y a su padre.

Cinco horas más tarde el carruaje llegó a la frontera donde se detuvo y madre e hija tuvieron que bajar de esta

—hola soy Nia y ella es Felicity nosotras seremos las doncellas de la futura esposa de nuestra princesa heredera

—creí que podría conservar a mis doncellas

—lo sentimos alteza pero las reglas indican que en la frontera debe dejar atrás todo lo que le represente a Metrópolis y tendrá que cambiar su vestido y zapatos por unos que hemos traído del palacio de Kripton

—bueno está bien ¿puedo cambiarme en el carruaje de Kripton?

—claro alteza y majestad lo sentimos pero no podrá acompañar a Lena más a haya de la frontera

Antes de que la ojiverde intentara protestar para que su madre la acompañara esta se quitó un collar que ha estado en su familia en cada momento que debía abandonar su hogar, por suerte de ambas no había regla alguna que prohibiera llevar un objeto familiar, ambas mujeres sé despiden mientras Lena entraba al carruaje para poder cambiar su vestido y posteriormente emprender las cinco horas de camino que quedan.

*
—bien alteza hay algo que debe saber del protocolo una vez que lleguemos al palacio de Kripton

—muy bien estoy dispuesta a cumplir todo

—una vez cuando lleguemos usted verá fuera de palacio al pueblo, a los reyes Jeremiah y Eliza Danver junto a estos estará la hija mayor Alexandra Danvers junto a su esposa Samantha Danvers, Felicity y yo nos uniremos al los miembros de la servidumbre... usted entrará sola al castillo donde bajará la princesa heredera Kara Danvers en su forma de lobo una vez que esté frente a usted, deberá desnudarse

—¡¿QUÉ?!

—descuide alteza sólo estarán ustedes dos en el castillo

—es necesario que la princesa la vea desnuda para saber si es digna de cargar con los futuros herederos de Kripton, si la acepta saldrá de su forma lobuna, se posicionará detrás de usted y la marcará, después de ello la ayudará con el vestido tomará su mano y cuando salga del castillo nosotros sabremos que la aceptado y comenzarán los preparativos de la boda

—¿en caso de no aceptarme?

—bueno, eso no ha ocurrido; pero de pasar la princesa le pasaría de largo en su forma lobuna y así saldría para indicarnos su rechazo y usted volvería a Metrópolis

Ante la clara preocupación de la princesa la doncella rubia saca del bolsillo de su pantalón una moneda de oro atrayendo la atención de ambas mujeres

—es como lanzar una moneda de oro al aire, puede tocarte un solo lado de cara así como puede tocarte que nuestra princesa te acepte o no es... una probabilidad

—¿de donde sacaste la moneda oro? ¿A caso se las robaste a tus amos?

—nada de eso, en Kripton nuestros reyes nos regalan monedas de oro en cada cumpleaños, una moneda durante la infancia de 1 a 12 años después de 12 a 17 nos dan dos, a los adultos les dan tres

—a diferencia de otros reinos el nuestro es más avanzado para la época, por ejemplo nosotras sabemos leer

—si, en Kripton nos enseñar a leer, escribir y a contar desde niños, cuando entramos a la adolescencia podemos comenzar a trabajar o ayudar en los labores del hogar sin importar el género

—y como agradecimiento e nuestros cumpleaños nos regalan monedas de oro

Mientras Lena recibía la información necesaria de todo lo que debe saber de Kripton afuera de la carroza donde James y Winn se encontraban guiando a los caballos al castillo también se llevaba a cabo una charla

—es una lástima que la princesa Lena se tenga que entregar a la fría de la nuestra, es tan hermosa qué tal vez podría no llagar pura al matrimonio

—oye! Sabes que si los reyes se enteran te culparán de haber cometido traición ante él reino

—nadie tendrá por qué enterarse, ella no llegará pura y cuando sea descubierto en la mañana después de la boda será escoltada por nosotros a Metrópolis pero aprovecharé para llevarla a mi casa y así engendrar con ella

—estás demente si crees que voy a dejar que hagas eso James

Corazón de Lobo [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora