Capítulo 1

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Ino intenta continuar con su vida lo mejor posible.
La guerra desencadenó traumas en ella luego de ver a las personas morir frente a sus ojos sin poder ayudarlas, dejando así un inmenso dolor que le durará para toda la vida.

Vió morir a su Sensei, el tipo que la vió nacer, crecer y convertirse en una excelente Shinobi, sin poder ayudarlo con los pocos conocimientos en jutsu médico que poseía. Y perdió a su padre, su héroe y mentor. El hombre que ella se inspiró y su modelo a seguir, lo perdió de una manera mezquina pero sobre todo honorable. Murió como un héroe en la batalla y fue con ese pensamiento que se olvidó del dolor desgarrador en el pecho y empezó a ocupar el puesto que minutos antes pertenecía a su padre, sin entrenamiento, sin nada. No moriría en vano, no lo haría, se lo debía, y era su deber honrarlo.

Se conectó con todos los Shinobis en el campo de batalla, y les demostró que era capaz. No se había entrenado adecuadamente, pero ¿A quién le importaba? Lo importante era no dejar morir a nadie más y que su padre se sintiera orgulloso dónde fuese que se hallara.

La guerra acabó y la realidad la golpeó con fuerza, su padre se fué y ahora sería ella la líder del clan Yamanaka ¿Podría llegar a ser tan buena como él? No lo sabía, solo no quería tirar el honor de su clan, que tantos años ese hombre con esfuerzo había forjado.

El dolor que sentía era insoportable, aunque habiendo pasado poco tiempo de ese infortunio, todo se sentía aún peor. La habían dejado sola para que se encargara de todo, pero no era capaz... Nunca lo fue. Toda su vida había sido subestimada, y ella llegó a creer eso ¿Qué haría ahora?

Sin mencionar a su tío Shikaku, que se marchó junto con su padre, debía ser fuerte, fuerte para consolar a su mejor amigo, él la necesitaba y ella estaría allí, aunque estuviese destruida.

Su madre era otra que la necesitaba, el golpe de perder a su esposo, amigo y compañero de vida era tan fuerte que no se acostumbraba a la idea de no poder verlo nunca más allí, aunque siempre supo que Inoichi y su hija podrían morir en cualquier momento, porque esa era la vida que escogieron. Y si fuese necesario, moriría con orgullo si fuera por un bien mayor, tal como lo hizo su padre.
Eso era lo que pensaba todo el tiempo para tratar de alivianar su dolor, pero no sirvió de mucho, saber que ya no volvería a ver a Inoichi, a Asuma Sensei y a su tío Shikaku, la desgarraba en mil pedazos.

Había pasado una semana pero todos los días las pesadillas le recordaban la triste realidad en la que se encontraba.

Lloró por los tributos que les rindieron a los Shinobis que murieron en la guerra, lloró con todas sus fuerzas, hasta que ya no le quedaban más lágrimas.

A partir de allí, decidió no llorar más, tenía que ser fuerte, y la gente fuerte, no suele llorar.

REINICIAR - SasuinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora