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Muchos alfas y betas detuvieron su camino
cuando vieron pasar a Joaquín Gress; era un bonito omega con olor a duraznos tiernos y un toque de crema dulce. Sin embargo, por la manera altanera en que se movía y miraba a todos de frente parecía más un alfa.

Si no fuera por su complexión pequeña y
delicada y el olor dulce, cualquiera diría que
estaba en lo más alto de la cadena de los lo-
bos. Aunque sencillamente no importaba
mucho si era un omega o un alfa, Joaquín tenía la capacidad de silenciar a cualquiera con una sola mirada y en todo caso, tenía a Emilio Osorio como una masa protectora que no dudaba en desgarrar la garganta de quien se atreviera a rebasar la autoridad del CEO

—Señor Gress, quería saber si tenía un espacio en su agenda para..

—No, las citas se hacen con mi secretaria y
si ella no te ha dado un espacio entonces no
es posible.

—Pero señor Gress -el hombre frente a él le
tomó del brazo, claramente era un alfa y uno muy insistente.

Escuchó a Emilio gruñir detrás de él pero lo detuvo con una mano en el pecho.

—Tienes tres segundos para soltarme antes
de que tu descendencia sea solo un sueño
en tu cabeza -el color chocolate se deslizó
a uno dorado con la advertencia y el tono
peligrosamente calmo.

El hombre frente a él lo soltó de inmediato
pero no se quitó, siguió obstruyendo su
paso. Joaquín sentía a Osorio vibrar detrás de él y casi quiso sonreír de ternura por lo protector que era su alfa.

—¿Usted cree que puede tratarnos de esa
manera tan despectiva? Hacemos todo el
trabajo por usted y ni siquiera es capaz de
escuchar nuestras necesidades.

Joaquín vio rojo pero se recompuso rápida-
mente y le dirigió a ese estúpido alfa su
mejor sonrisa falsa y siniestra.

Odiaba cuando sus trabajadores se querían poner sobre él solo porque era omega.

—¿Cuáles son sus necesidades esta vez
señor Cho?, ¿nuevamente quiere que paguemos por la remodelación de su oficina?, ¿papel higiénico más suave que el algodón?, pel higiénico más suave que el algodón?, ¿tazas de café más grandes y personalizadas en su área? _-Joaquin se burló del tipo, recordando cada cosa absurda que había pedido en las juntas generales e incluso cuando había solicitado una reunión personal-.

—Dígame ¿qué es lo que necesita esta
vez? tiene cinco segundos.

Muchos de los otros trabajadores miraban
sin ninguna verguenza y se reían bajito por
las cosas dichas por su jefe. Era cierto que
Joaquín era casi inalcanzable, gruñón y serio pero nunca se negaba a escuchar y brindar soluciones a problemáticas reales, eso era lo que lo había llevado a ser un exitoso editor y dueño de la revista de moda más vista en Corea.

—YO...

—Se le acabó su tiempo. Vaya a su oficina y
recoja sus cosas, mi secretaria le dará una
carta de recomendación y en caja puede
pasar por su liquidación. Odio retener a
gente que no está a gusto con su trabajo en
mi empresa.

Joaquín pasó por su lado y avanzó un par de pasos con Emilio pisándole los talones,
podía sentir su tensión y la manera en que
su alfa estaba controlándose para no arremeter contra su impertinente trabajador.

—Es un desgraciado, no es más que un
omega inútil como todos los demás.

Joaquín se volteó sobre sus talones y agarró
fuerte el brazo de Emilio para que no se
lanzará contra el otro hombre, sabía que el
inútil de Chi solo estaba provocando en un
intento por hacerlos quedar comprometidos por algún tipo de daño.

—Señor Cho, me alegra saber su opinión
sincera respecto a mi condición como
omega y SU jefe. Entiendo que se siente
frustrado por tener que ser un trabajador de un omega inútil, pero tranquilo, nadie lo va juzgar por tener ese GRAN ego de alfa que seguro tiene que compensar otra cosa más pequeña.

Joaquín miró directamente a la entrepierna del alfa, escuchó a Emilio reír entre dientes al igual que risas y murmullos menos discretos de parte de sus otros trabajadores.

—Es un hijo de..

—Alto ahí, basta de insultos de niño pequeño _entonces Joaquín se levantó en toda su altura y pareciendo más imponente que nunca dijo con una voz muy parecida a la de mando-. Tome sus pertenencias y pase por su liquidación, no sé le brindará ninguna recomendación y no sé preocupe en mencionar mi empresa o me voy a encargar de hacer su vida laboral añicos.

Con esas últimas palabras se dirigió a paso
firme hasta su oficina, con Emilio justo
detrás de él. Presionó el intercomunicador y
le habló a su jefe de seguridad en la empresa

—Kim, asegúrate de que Cho salga de la
empresa en menos de una hora, congela su
acceso a toda la información, revisen sus
pertenencias antes de que salga y asegúrate
de que no vuelva a pisar mis instalaciones.

—Hecho, jefe—respondió el hombre del otro lado y Joaquín se mofó del título, sabía que Camilo lo hacía para molestarlo.

—Cállate, imbécil o tú serás el siguiente

Joaquín sonrió y Emilio imitó la acción meneando la cabeza divertido.

Camilo le dijo un último "como ordene,
jefe" y Joaquín colgó. Se pasó la mano por el rostro y suspiró frustrado, odiaba la con-
frontación y que ser llamado inútil siempre lo hacía sentir con ganas de acurrucarse en
una esquina.

—Ven aquí, mi cachorrito -levantó la mirada y ahí estaba Emilio, sentado en su sillón de terciopelo rojo con los brazos extendidos hacia él.

Joaquín no lo dudó, casi corrió al regazo de su alfa antes de treparse como un bebé koala, atrapando las caderas y fuertes hombros de su alfa con las extremidades, enterró la cara en el pecho de Jungkook y ronroneo feliz por el aroma a paz y seguridad que siempre le transmitía.

—Se que es una estupidez, pero no puedo
evitar sentirme ofendido cuando me tratan
como si no valiera nada solo por ser un
omega -murmuró sobre el pecho duro y
cálido de su alfa. Emilio le acarició el cabello rubio, le sobo la espalda de arriba a abajo en una caricia lenta y reconfortante.

—No es una estupidez, cariño. Pero no
quiero que creas nada de lo que esos imbéciles frustrados digan de ti, eres un hombre fuerte, inteligente y entregado en lo que hace. Mereces cada cosa que tienes porque te has esforzado más que nadie, porque has logrado lo que muchos por su sola condición de alfa tendrían en sus manos con una palabra.

—Gracias Emilio, tu siempre estás para
mi, aunque sea un gruñón como muchos dicen.

—Es que no conocen al verdadero tú, al mi-
mado y tierno. Incluso cuando te enojas eres tierno para mí.

—Estás loco, Osorio.

—Solo por ti, mi cachorrito mimado.

Nueva Adaptación
Créditos a milkoo en NOVELTOON
Espero la disfruten
Portada de la editorial _Pretty_Moon_ y editada por clxJK_dominant

Cachorrito Mimado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora