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La semana de la moda llegó y pasó en un
abrir y cerrar de ojos. Viajaron a Milán para
un desfile y se tomaron fotografías con modelos, diseñadores y gente pomposa del
medio.

Emilio había estado particularmente
agresivo y protector cada vez que alguien se
le acercaba demasiado, por lo que Joaquín
sabía que su alfa estaba en extremo estresado y con un jet lag peor que el de él mismo Aunque el comportamiento era extraño e impropio de su alfa, Joaquín lo descartó por haber estado en un país extraño rodeado de gente desconocida.

En cuanto habían regresado a Corea la
situación no había mejorado demasiado,
Emilio seguía tenso y protector a su alrededor, por lo que ese día, Joaquín llamó a su alfa que no dudó en subir hasta su oficina desde la estación de seguridad.

En cuanto su gran y apuesto compañero
había cruzado la puerta lo dirigió hasta su
sofá, se sentó y luego lo hizo recostarse sobre la superficie, con la cabeza sobre sus piernas.

Le acarició el cabello y masajeó el cuero cabelludo con delicadeza, su alfa casi ronroneó antes de voltear la cabeza y enterrar la cara sobre su vientre.

Sintió la respiración pesada del alfa a través de la tela de su camisa y su pecho se hinchó de gusto.

-Cachorrito ¿tienes algo que decirme? -el
sonido de su voz siendo amortiguado por la
posición de su cara.

-¿Algo que decirte? -confundido siguió
acariciando el cabello de su alfa y miró hacía abajo pero Emilio aún tenía la cara enterrada en su vientre.

-Sí, llevas semanas oliendo más dulce y hay
un toque suave de vainilla por encima.

-¿Quieres decir..

-Umm, quiero decir que creo que hay un
cachorrito aquí -Emilio enfatizó cuando
comenzó a frotarse contra su estómago, levantó su camisa y repartió tiernos besos sobre su piel desnuda.

-¿Seremos padres?

Joaquín se estremeció, llevaban un tiempo deseando tener hijos y él había dejado de usar supresores y Emilio no había usado protección la última vez que lo había anudado en su celo. Si las cuentas no eran erróneas, Joaquín tendría al menos tres meses para ese momento

¿Cómo no se había dado cuenta?

Estaba más sensible últimamente, se le antojaba comida que nunca probaría y ni
hablar de la sobreprotección de su alfa si
cualquiera se le acercaba a menos de un
metro de distancia.

-Creo que sí, cachorrito. Tendremos que ir a
hacer una revisión, pero sé, mi alfa me dice
que llevas a mi bebé dentro de ti.

Emilio siguió besando su vientre y las lágrimas se derramaron de sus ojos, el aroma a felicidad de Joaquín junto con el mismo olor más fuerte de su alfa se combinó de manera exquisita.

-Seremos padres -repitió Joaquín ahora
como un hecho.

No había duda de que llevaba un bebé dentro, No había duda de que llevaba un bebé dentro, ahora la pequeña pancita que tenía cobraba sentido. Emocionado, tomó el rostro de su alfa para invitarlo a levantarse de sus piernas.

Su alfa lo hizo de inmediato y se acomodó
en el sofá, vieron a los ojos por infinitos momentos y se inclinaron un poco más cerca hasta que sus respiraciones se combinaron.

-Seremos padres, cachorrito-repitió
Emilio con una enorme sonrisa y con los
dedos limpió las lágrimas de Joaquín antes de inclinarse a besarlo.

Fue un beso suave y tierno, Lleno del amor
que sentían el uno por el otro. Su lazo solo
se hizo mucho más fuerte.

-Creo que ya no seré tu cachorrito-se
quejó Joaquín con un tierno puchero.

Cachorrito Mimado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora