XVII: Negación

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Luego de aquel día, en el que no pudo entablar ni una palabra con el dueño de sus dudas y emociones, Shōto dejó a su sobrino en la casa de Fuyumi y luego volvió a su hogar.

Izuku no estaba allí, pues trabajaba de profesor, por lo que estaba ocupado en la mañana dando clases y en la tarde también; ajetreado con las correcciones de tareas o realizando ejercicios nuevos para sus alumnos.

A Shōto no le importó demasiado que el tiempo de su pareja estuviera muy apretado, pues era lo mismo para él. Trabajaba en la empresa de su padre, y tenía el mismo tiempo libre que Izuku: La noche.

Ahora que ha descubierto algo importante para él, también se dió cuenta de lo alejados que estaban con Izuku. Ya no tenían citas como antes, y para cuando llegaban del trabajo se dedicaban a descansar.

Debido a que Shōto acababa de despertar, Izuku pidió no asistir una semana al colegio, pues debía de cuidarlo... Sin embargo, no cambió en nada la situación. Al pasar la semana, Izuku asistió al trabajo; y Shōto no tenía permitido volver al suyo por un mes o dos gracias a su padre.

Se tornaba aburrido estar en el departamento. El silencio lo volvía agobiante, y comenzaba a tener pensamientos no muy buenos; como el distanciamiento con Izuku, y sus sentimientos encontrados por Eijirō.

Ya comenzaba a ser de noche, y Shōto esperaba a Izuku en la sala. El peli-verde le había contado que trabajaría doble turno ese día debido a que un profesor no pudo asistir; sin embargo, Shōto deducía que el turno de la tarde ya debía de haber terminado.

No obstante, agradece aquello, pues así podría encontrar las palabras para explicarle a Izuku lo que sentía y lo que creía que estuviera bien que pasara.

Esperaba e Izuku entendiera.

—Ya llegué.— avisó Izuku entrando al departamento.

Luego, el peli-verde se quitó el calzado en la puerta y dejó sus cosas en la mesa de la cocina. Shōto lo siguió hasta allí, e Izuku le sonrió para luego saludarlo con un beso en los labios.

—Lamento haber tardado demasiado.— pidió Izuku —Es que Iida y Uraraka me invitaron a tomar un café, y no tenía idea de la hora hasta que ví que atardecía.

—Podrías haberme avisado que estarías más tiempo afuera.— le respondió Shōto con un tono sereno.

Izuku creyó escuchar que era un regaño.

—¿Te preocupé demasiado?— le preguntó Izuku.

—...no.— murmuró Shōto.

—Bien, entonces... ¿Qué te gustaría cenar?

—¿Podemos hablar un momento, por favor?

Izuku se sobresaltó por la seriedad en la voz de Shōto, aunque igualmente aceptó hablar –preocupado, cabe destacar– y fueron hasta la sala, dónde ambos se sentaron en el sofá, uno en frente del otro.

—¿Y... De qué quieres hablar?— le preguntó Izuku.

Shōto decidió repasar una vez más lo que quería decir, suspiró y prosiguió:

—Me he dado cuenta que ya nada es como antes. Llevamos una vida de adultos pero que no siento como si fuera algo especial. Y...— hizo una pausa un poco larga, pues lo que diría a continuación no era agradable de decir —...ya no creo amarte como antes, Izuku.

Izuku abrió un poco más sus ojos debido al impacto de aquellas palabras.

—Ya no siento amor hacía a tí; ya solo siento cariño y... No quiero seguir fingiendo.

¿Amor Incorrecto? [•TodoKiri•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora