Desde muy pequeño Nishinoya le tenía miedo a los animales, no podía acercarse a ellos y su abuelo le dió una muy buena lección.
— Nunca le temas a algo si no lo has intentado
Esas palabras se grabaron en el pequeño corazón del niño, el cual con el tiempo creció. Ahora ya no le temía a nada, siempre probaba cada cosa que pudiera y cada vez que sentía miedo lo admitía, sin duda era alguien admirable.
Con el tiempo, Nishinoya sentía más y más compasión por los animales, al punto que siempre se los llevaba a su casa.
— Noya ¿Por qué te llevas a casa a cada perro o gato que encuentras en la calle? Sabes que tu abuelo después los da en adopción.
El de mechón rubio se pensó la respuesta.
Tanaka tenía razón, fácilmente este acto era algo reprochado por su abuelo ya que "no tenían un hogar tan grande, ni tanto dinero, como para cuidar de cada animal callejero" según las palabras del anciano.
— Bueno... La verdad no sé cómo explicarlo, pero cada vez que los ayudo es como sí me ayudara a mí mismo...
Aquellas palabras descolocaron a su rapado amigo, quien solo lo observó con curiosidad, estaba dispuesto a preguntar más del tema pero la voz del capitán los llamo de nuevo a entrenar.
El entrenamiento fue típico, los menores del equipo estaban todo el tiempo discutiendo, Suga coqueteaba descaradamente con el capitán, el entrenador y el profesor desaparecieron, Enoshita y Tanaka parecían hablar de un examen que tuvieron ese día, Narita y Kinoshita hablaban de un vídeo musical y Nishinoya estaba hablando con Jesú- digo Asahi sobre los sueños que tenían a largo plazo.
— Pues diseñador de modas te vendría de maravilla... Seguro que te harás super famoso!
— Jejeje gracias Noya... Y que hay de tí? Aún planeas viajas por el mundo?...
El menor comenzó a pensar, la verdad no estaba seguro de sí era factible el irse de viaje por el mundo, pero últimamente había un sueño que estaba en su cabeza y no podía sacarlo de su mente.
— Bueno... Pues actualmente estaba en pensando en se-
— Chicos! Ya es hora de cerrar!
Ambos chicos se levantaron y comenzaron a guardar los elementos del equipo. Se dividieron las tareas de orden, para acabar más rápido, algunos ayudaban a las managers a limpiar las botellas y llevar algunas toallas. Acabaron más rápido de lo normal, aún así había oscurecido.
— Nos vemos mañana, Asahi-san
— Espera Noya... — El menor detuvo su caminata y observó al mayor — Ya está muy oscuro... Es peligroso que vayas solo, así que ¿Te puedo acompañar a casa?
El mayor estaba tocando su mejilla de manera nerviosa, también tenía un color carmín en la cara, lo que causó muchísima ternura en el más bajito.
— Claro — Noya sonrió
El camino era silencioso, se escuchaban cigarras y algunos perros ladrando a la gente que pasaba fuera de sus casas. No había casi gente en la calle, pero Noya hacía parecer que había una multitud. Sí bien no estaba hablando, Noya no paraba de ir más adelante o más atrás que Asahi, caminaba de aquí para allá y una que otra vez jaloneaba al mayor para que observará algo que le llamó la atención.
Durante el camino se escuchó un pequeño gemido de dolor detrás de unos basureros, Noya era muy curioso y está dispuesto a ir. Por su parte, Asahi trataba de evitar que el más pequeño se acercará, podría haber una pareja, pero Noya insistía. Al final no pudo seguir sosteniendo al menor y este se escapó de sus manos.