Usare la versión de Kazutora con el cabello largo, sé que es su apariencia como adulto, sin embargo por la experiencia, ese estilo, me gusta más
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El odio apasionante, delicioso al aferrarse, con tal dolor que te provoca él amarle, ¿Secreto o juego?... ¿Qué será lo que te mantiene aferrada?... Esclava ante su palabra... Desgarra tus caderas, lastima tu cuello, mientras finges que soportas el alineamiento, sonriendo para que se moleste, y te trate aún peor, que golpee tu trasero hasta ensangrentarlo a manera de castigo, gozarlo, gozar el momento, como cual creyente recibiendo un milagro...
Actuar para odiar, callar para amar, apariencias que engañar, personajes por mantener, perversidad por ocultar.
Aquella obra llamada vida, tiene sus papeles, sus colectivos: Los líderes, los talentosos, los correctos, los repudiados, los señalados, los delincuentes...
Los personajes aclamados, no pueden amarse con los marginados, peor en la sociedad elitista en la que vivimos... Donde todos te juzgan, te miran, te acosan.
Amarle era doloroso, te doblegaba, y odiabas lo que te hacía sentir.
Eras el diablo en tu instituto, envidiada, reconocida y deseada por muchos... Tú palabra valía lo que el evangelio.
Ese era tu personaje, y tenias que mantener tu estatus, no podías "rebajarte" a ese nivel solo por amor, siempre creíste que el amor era una construcción de la fantasía, engaños que traía beneficios de ignorancia, el dinero y el poder era lo que tenía que permanecer en tu sangre, pero tenias que fijarte en ese idiota. Ese maníaco que ama ver con sufres.
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Caminabas por los majestuosos pasillos del instituto, sintiendo las miradas y los comentarios obscenos y banales de tus compañeros, varias personas pasaban a tu lado saludándote, y tú les dabas una sonrisa a modo de correspondencia, tan perfecta.
Te dirigías a uno de los salones para iniciar la 4ta hora de clase, la campana acababa de sonar y el pasillo comenzaba a quedar desolado, acompañabas el uniforme con tus tacones, estos resonaban con tal elegancia que era satisfactorio oír tus pasos, como los de un gato.
