¡¿Por qué?!

Mamá

Sonrió al espejo.

Hoy fue un día muy duro.
Estaba cansada, tan cansada.

Cada día sonreír era más difícil. Pero no importaba lo seguiría haciendo, por sus padres, por su familia.

Una carta. Las cartas eran su salvación, esas cartas le ayudaban a dejar salir sus sentimientos.

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J̶u̶l̶i̶e̶t̶a̶ ̶M̶a̶d̶r̶i̶g̶a̶l̶

Madre, Mamá

Mamá estoy tan molesta.

Mamá es difícil, odio tener que fingir, odio escuchar a la abuela llamándome estorbo.

¿Mamá por qué es tan difícil ser una Madrigal? ¿Por qué duele? ¿Por qué sonreír duele?
Mamá, me duele, me duele ser una Madrigal.

Mamá perdón, perdón por no ser sincera, perdón por fallarte.

Perdóname no soy suficiente para ti.

Mamá siempre oculte esto pero quiero decirte que ya no puedo con ellas.
Ellas me lastiman, me tratan mal, me insultan y solo me causan daño.

Mamá Isabela me odia. Mamá la abuela me odia.

Ellas, me odian.

Lo oculte, no quería causarte más problemas, pero ya no me siento capaz de seguir la mentira, perdón por eso.

Mami si fuera esa niña, esa que no tenía ni 5 años ¿Me abrazarías? ¿Me cuidarias y protegerias de los monstruos? Mamá solo quiero ser esa niña que siempre era feliz, esa niña que tenia el amar de su hermana, de su abuela y de su familia.

Quiero ser una niña otra vez, para sonreír de verdad, para ya no llorar.

Quiero ser una niña una vez más...

Mirabel M̶a̶d̶r̶i̶g̶a̶l̶

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Miró la carta que estaba marcada por sus lágrimas.

Aquellas que no pudo contener.

Aquellas que demostraban su gran pesar.

–¡Mirabel! –escucho a lo lejos, era su abuela, la cena...

Se limpio las pocas lágrimas que brotaban de sus ojos y con una sonrisa se encaminó hacia el comedor. Donde cenaba su-... no, donde cenaba la familia Madrigal.

Guardo la tercera carta y se salio, el mundo ¿Su familia? La esperaba.

Sonrie un día más Mirabel.